Reportaje

Arte y pasión… La fusión de danza y doma

‘Arte y pasión… Sueños a caballo’ fusiona el arte de la danza con la doma ecuestre. Un espectáculo que el Ballet de Pilar Domínguez, de Boadilla, y la Escuela de Equitación de los Hermanos Baena representan juntos desde 2008. Vuelven a las fiestas, el 12 de octubre, con nuevos números.

 

Pocos espectáculos de danza ecuestre en el panorama nacional tiene la originalidad en su puesta en escena y calidad que Arte y pasión… Sueños a caballo. En la representación participan entre 10-12 caballos de raza española, lusitanos y cruzados; seis jinetes y doce bailarinas. Caballos y jinetes pertenecen a la Escuela de Equitación de los Hermanos Baena, de Borox (Toledo). Una familia con gran prestigio en el mundo del caballo y el toro y cuya tradición ha pasado de padres a hijos. Y ellas son las componentes del ballet de la Escuela de Danza de Pilar Domínguez.

Pilar Domínguez lleva 30 años ejerciendo de maestra en Boadilla al frente de su escuela de danza. Un centro en el que se imparte prácticamente todos los estilos y por el que pasan cada curso cientos de alumnos. Pilar aún recuerda las primeras actuaciones con caballos a mediados de los 90. “Hicimos varias actuaciones en el interior de Centro Comercial Sexta Avenida, con música en directo… Algo que entonces era toda una novedad”, recuerda. Al principio, solo bailarina y caballo, para luego incorporar el ballet.

En 2008, el espectáculo se recuperó y pegó un gran giro con la Escuela de Equitación de los Hermanos Baena, quienes contaban con una exhibición ecuestre. De la fusión de ese espectáculo de doma de alta escuela vaquera con la aportación del Ballet de Pilar Domínguez, del arte de la danza española y la elegancia del caballo, nació lo que hoy es Arte y pasión… Sueños a caballo.

Detrás de cada exhibición, hay meses de trabajo y ensayo de bailarinas y caballos en las propias instalaciones de la escuela de equitación. “Es muy importante el trabajo con los caballos para que se acostumbren a las bailarinas, los mantones… y todo salga luego perfecto”, nos cuenta Pilar Domínguez.

Los equinos también llevan su entrenamiento aparte. “Formar a un caballo lleva una media de tres a cuatro años de trabajo casi diario”, relata Borja Baena, responsable de la escuela de equitación.

El resultado de todo ese esfuerzo lo volveremos a ver el próximo 12 de octubre en Boadilla (17.30 horas, plaza de toros).

Una función benéfica: lo recaudado irá para ayudar a Bruno, niño de Boadilla afectado por una encefalitis autoinmune. Fondos que la familia dedicará al pago de los tratamientos que necesita el niño para su progresiva recuperación.