Belleza

Piel masculina sana e hidratada, ¿qué necesita?

Los hombres van dejando atrás estereotipos anticuados y es un hecho que se cuidan más y se preocupan por su aspecto. Y en el caso de protegerse del sol, no iba a ser menos. Ellos tienen las mismas necesidades de hidratación y protección, sólo se precisan fotoprotectores adaptados a la testosterona que reina en su piel

 

Hasta hace poco los hombres no disponían de productos solares específicos y eso hacía que muchos prescindieran de embadurnarse de crema, confiando en que su robusta piel resistiría los envites del sol. Sin embargo, ellos también se queman, su piel envejece, aumentan las arrugas y el exceso de radiación solar puede dar lugar al temido melanoma.

Pero ¡estamos de suerte! Las marcas de productos solares se han puesto manos a la obra y ya existen multitud de productos pensados solo para ellos. La piel de los hombres es más gruesa que la de las mujeres, tiene más glándulas sebáceas y suda más. Por eso, sus fotoprotectores o hidratantes para después del sol son muy ligeros, de absorción inmediata y resistentes al sudor.

¡Atención calvos o rapados!
La piel de la cabeza es una zona sensible del cuerpo y es necesario protegerla. Se puede optar por fotoprotectores en gel que se aplican con facilidad y dejan una sensación fresquita. En el caso de otras áreas corporales, donde el problema sea todo lo contrario, es decir, que haya mucho pelo (pecho, brazos o piernas) puede ser desagradable aplicarse cualquier tipo de loción, así que se pueden elegir solares tipo bruma o spray que se secan al instante y soportan muy bien el sudor.

Algunos de estos productos también son “oil-free”, pensados para hombres con piel grasa o mixta, y “sin perfume”, por si detestan el típico olor a crema.

Brumas o sprays, solares imprescindibles
Odiar la sensación de sentirse pringado de crema no es sólo patrimonio de los hombres. Niños y adolescentes corren a esconderse cuando ven aparecer a sus padres con el bote de crema. De ahí que las brumas solares o los sprays transparentes se hayan convertido en imprescindibles también para estos “monstruitos”. Son más fáciles de aplicar a los niños pequeños que no paran un momento quietos, entrando y saliendo del agua. Y también a esos otros niños más mayores, los adolescentes, cuya prioridad en la playa o la piscina no es precisamente extenderse bien la crema. De hecho, varios estudios sobre el comportamiento adolescente frente al sol afirman que es la etapa en la que se detectan más número de quemaduras.