Reportaje

José Carabias: "Tengo la misma ilusión que cuando empecé"

El actor José Carabias ha hecho de todo: teatro, cine, televisión, doblaje, publicidad... Derrocha simpatía y humor, dos ingredientes que no faltan en su libro 'Más... que el arroz con leche', un divertido recorrido por sus 60 años de vivencias profesionales, a cada cuál más sorprendente. Es nuestro vecino. Aquí lleva desde hace 48 años y dice que no cambiaría Boadilla por nada.

 

Para alguien nacido en los 70, José Carabias (75 años) es un rostro y una voz que forma parte de la televisión infantil de aquella época. Paco Micro, en el programa Dabadabada; Pepe Soplillo en El Kiosko con Verónica Mengod (por cierto, también vecina de Boadilla y portada de nuestra revista hace dos meses, para la que Carabias fue casi como un padre); Luis Ricardo en El monstruo de Sancheztein; y por supuesto, sus apariciones en el mítico concurso Un, dos, tres, son algunos de sus trabajos más conocidos.

"60 años manteniendo a mi familia con esta profesión. Más que una historia de cuento es un milagro"

Empezó muy joven y casi de casualidad en este oficio. “Yo era parte del cuadro artístico del instituto San Isidro junto a Emilio Gutiérrez Caba y Emilio Galiana. Hacíamos teatro de aficionados.

Con 16 años, un compañero me llamó para preguntarme si quería hacer teatro de verdad. Y así, de repente, empecé en el teatro profesional. Lo hice al revés que todo el mundo. No poco a poco sino con un papel protagonista en El hombre, la bestia y la virtud, de Pirandello.

Mi familia no quería que me dedicará a esto, de hecho pensaban que después de esta obra se acababa todo. Pero no fue así. Desde ese momento, todo vino rodado: cine, televisión, doblajes... 60 años manteniendo a mi familia con esta profesión. Más que una historia de cuento es un milagro. Además, tengo la misma ilusión que cuando empecé. Estoy dispuesto a aprender todo lo que los demás estén dispuestos a enseñarme”.

Para él la magia de su trabajo es que, siendo tú mismo, puedes convertirte en otras personas. “No es necesario haber vivido lo mismo que el personaje, eso no tiene sentido. Sencillamente eres capaz de fingir de una manera, que la gente se lo cree.

Se nace con este oficio. Se pueden mejorar cosas, corregir defectos... pero no se aprende; a emocionar no te puede enseñar nadie”, asegura.

Cuando le preguntas qué consejo le daría a un actor que empieza, su respuesta es tajante. “No lo recomiendo. Porque se sufre un montón. Los rodajes son muy duros y las esperas hasta que te llaman para un proyecto son tremendas. 

Pero si de verdad se ama la interpretación, no hay profesión más hermosa que esta. Eso sí, hay que prepararse bien, estudiar, ensayar y también ver ensayar a los compañeros. Así se aprende mucho. Lo que no hay que hacer es confundir ser actor con ser famoso. En este sentido, hay programas de televisión que han hecho mucho daño”, afirma.

 

Su voz

La radio ha jugado un papel importante en su trayectoria profesional. Ha trabajado en multitud de ocasiones con el cuadro artístico de Radio Nacional de España (RNE). “Este medio me ha permitido hacer papeles que, por mi estatura, no me hubieran dejado hacer nunca. Por ejemplo, el papel que hizo Gabino Diego en la película Viaje a ninguna parte, yo lo hice antes en la radio”.

“Tengo la suerte de que mi voz no ha cambiado mucho con el tiempo y eso me permite seguir doblando personajes jóvenes”

También se ha puesto detrás del micrófono muchas veces para doblar a personajes infantiles y juveniles. Una capacidad que le ha acompañado hasta ahora.

“Tengo la suerte de que mi voz no ha cambiado mucho con el tiempo y eso me permite seguir doblando personajes jóvenes”. Benji Price en Campeones, Jack Wallside en Inazuma Eleven o Usopp en One Piece son algunos de ellos.

 

El libro

Ya había escrito otros libros antes, pero Más... que el arroz con leche es especial. “En él me he vaciado del todo, es mi testamento. Todo lo que cuento es verdad, aunque a veces no lo parezca.

A lo mejor no está escrito del mejor modo, no soy escritor, pero he contado las cosas como sucedieron y como me hicieron sentir”.

Esta dedicado a su nieta Luna. “Siempre he querido ser abuelo y mi nieta es el regalo más grande que me ha dado Dios. El libro es una conversación con ella, contándole mi vida. Cuando lo escribí, ella tenía tres años. Ahora tiene 11 y me ha prometido que cuando cumpla 12 lo leeremos juntos”, sonríe.

¿Y el título? No hay cosa que le guste más a José Carabias que el arroz con leche. “He explicado muchas veces cómo se hace, pero jamás lo he hecho yo mismo”, ríe. Como su nieta lo sabe, siempre le dice que la quiere más que al arroz con leche.

 

Proyectos

Le gustaría poner en marcha la tercera parte de Equipo Ja (la más taquillera del año que se estrenó) y Ja me maten. “Se llamará Ja me rematen. Es muy divertida. ¡Solo nos falta conseguir el dinero!”, exclama.

Donde seguro le podremos ver es en el cortometraje Parking, junto a Fele Martínez y Mónica Regueiro,  que se estrena en el mes de marzo. En él hace de malo, con un personaje que no habla, aunque eso no es un obstáculo para la gran expresividad de Carabias. De hecho, Chicho Ibáñez Serrador decía que incluso cuando no hablaba era un actor excepcional.Solo tiene una espinita: le encantaría que los directores le dieran más papeles dramáticos.

Solo tiene una espinita: le encantaría que los directores le dieran más papeles dramáticos

No tiene pensado retirarse. “Los actores de verdad no lo hacemos nunca a menos que no nos llamen o que físicamente estemos hecho una ruina”. Y no es el caso.

Además, cuenta con el gran apoyo de su mujer Conchi. “Ella es mi más dura crítica –confiesa con una sonrisa– y quien me ha ayudado a mantener los pies en el suelo todo este tiempo”.