Reportaje

Verónica Mengod: "Todo en la vida son señales"

Casi una generación ha crecido con ella desde que, con 17 años, presentara en TVE el programa ‘El Kiosco’. La actriz y presentadora Verónica Mengod reside en Boadilla del Monte desde hace 7 años. Aquí ha recuperado una de sus aficiones: la pintura. Y no le va mal. Sus cuadros, guiados por su luz y energía, se los quitan de las manos.

 

Con 17 años fue elegida para presentar en TVE el mítico programa infantil-juvenil El Kiosco (1984-87) acompañada del muñeco Pepe Soplillo, al que ponía voz otro querido vecino: Pepe Carabias.

Veronica Mengod(1967) era una chica que a esa edad cantaba, bailaba... El arte fluía por sus venas. Hija del compositor Julio Mengod; madre pintora, “que me apuntaba a concursos de pintura con 10-12 años. ¡Y yo volvía a casa con cajas de pintura porque lo había ganado!! Imagínate, en casa había música por todas partes. Mi padre me llevaba a los estudios de grabación de Chipiritifláuticos... Con seis años le cantaba con mi voz las canciones que luego tenían que cantar Kiko Ledgard o Mayra Gómez Kemp. Él me grababa en un cassette y se lo entregaba a ellos para que se las aprendieran!!”, recuerda Verónica.

“Siempre estudié mientras trabajaba. Y el trabajo ha sido ese máster con los mejores en el que más he aprendido”

Actriz, presentadora, madre de dos hijos ya mayores, con seis nietos, casada con el empresario Carlos Ortíz-Echagüe... Estudió arte dramático, periodismo. “Siempre estudié mientras trabajaba. Iba a clases cuando podía. Pero la suerte era la especie de máster que suponía trabajar con el mejor periodista de España, Jesús Hermida. Lo mismo con la interpretación.

Hice Arte dramático con Cristina Rota y luego con Jorge Eines, pero lo que no te enseñan en ningún sitio, y para mi era un máster de lujo y encima gratis, era trabajar con Arturo Fernández, por ejemplo, con quién hice mi primera serie, La casa de los líos, diciéndote ponte así, habla de esta manera... Mis maestros en el trabajo día a día fueron él, María Luisa Merlo, Carlos Larrañaga, Paz Padilla..."

Estuvo 30 años dedicada al mundo de la televisión y el espectáculo como actriz y presentadora, donde ha hecho prácticamente de todo: series, películas, programas... Un terreno que abandonó “cuando esa energía que había, que parecía que lo conseguías todo, desapareció”, afirma. “Dejé la tele y la tele me dejó a mí. Quizá también por el tipo de programas que hay ahora...” Afortunadamente, es de las que ha podido elegir sus proyectos.

Toda esa energía se ha canalizado ahora en la pintura. Sus cuadros abstractos son precisamente la plasmación de esa energía y luz que lleva dentro. Una luz de la que hablan sus compañeros del taller de pintura al que acude dos días a la semana.

De todo lo que has hecho, El Kiosco, ¡Ala...Dina!... ¿qué te ha marcado más?

Pues haber trabajado con grandes como Arturo Fernández, Joaquín Prats, Miguel de la Cuadra Salcedo, Jesús Hermida.... Nos hemos seguido viendo porque me tenían mucho cariño y yo a ellos. Porque más que compañero hemos sido muy amigos. Me contaron y enseñaron muchas cosas de la vida. Me ha impactado mucho la marcha de cada uno de ellos. Todavía me emociono al contarlo... Ha sido gente muy importante en mi proceso y una suerte trabajar con ellos.

"Arturo Fernández, Joaquín Prats, Miguel de la Cuadra Salcedo, Jesús Hermida....Ha sido gente muy importante en mi proceso y una suerte trabajar con ellos"

Cada uno me ha aportado algo y así lo recuerdo. Joaquín Prats, cuando me llevaba a casa después de hacer en directo la llamada del Precio justo, siempre me decía, “Vero, lo más importe es tu familia. Cuida a tu familia, la unión, tus hijos...” Cosas de la vida importantísimas.

De Hermida, su profesionalidad, la responsabilidad.

Con Arturo Fernández hice la primera serie: La casa de los líos. Me dijo que me eligió por la dicción que tengo, porque decía que se entendía perfectamente cómo hablaba. Recuerdo que le dije ‘yo he hecho 3 años de arte dramático y tal”, y me contesta: “¡No me interesa! Me interesa tu dicción. Se te entiende perfectamente cuando hablas”. Y por eso me eligió para la serie. Aprendí mucho con él porque me guiaba a la hora de interpretar las escenas.

¿Por qué te viniste a vivir a Boadilla? Por estar más cerca de mis padres, que viven en El Bosque. Aquí encontré hace siete años la casa de mis sueños. Se la había pedido a la Virgen de la Milagrosa. ¡Y mira, luego me enteré de que aquí hay un alcorque en el que se apareció esa virgen hace 30 años! Yo soy muy creyente y muy de señales. Todo en la vida son señales. Y a mí eso me pasa todo el rato. Mira, una compañera de clase de pintura es la madre del chico que nos buscó la casa. ¿Casualidad? Es algo que me pasa con casi todo...

¿Cuánto influye Boadilla en tus obras? Mucho... Yo paseo cada día con mi perro por el monte. Los colores del monte, los líquenes, arenas finas y gruesas, piedras... están en mis cuadros. En esos colores, esas tormentas... he encontrado un estilo propio y es cuando exploxiono hace dos años y subo mi primer cuadro a Instagram. Ahí he encontrado mi camino.

Aquí también te has reencontrado a excompañeros como Pepe Carabias... Sí. Yo era su niña cuando hacíamos El Kiosco. Los 17 años de entonces eran los 14 de hoy. Él, Ramón Pradera o el dibujante José Ramón Sánchez eran mis padres. Me cuidaban, me enseñaban...

 

Qué fluya la energía

Retomó los pinceles en pandemia.“Empecé a pintar cuadros para mis hijos, ya casados, para decorar sus casas. Y de repente a mis amigas les gustaban, a los amigos de mis hijos... y me empiezan a encargar para sus casas”.

“Un día subí a Instagram un cuadro que expuse junto con los trabajos de otros compañeros del taller de pintura en la sala de exposiciones del Centro de Formación. De ahí me llamó un fotógrafo para invitarme a exponer en una muestra que estaba organizando en el Museo del Ferrocarril. Y así empezó todo y voy encadenando una cosa con otra”, nos cuenta.

Reconoce que son obras abstractas “en las que siempre hay una luz, que es mi idea de la vida. Hay que estar dirigido a la luz, a lo positivo. Detras de cada cosa que te pasa tienes que ver la luz, porque está. Focalizarlo y salir.

Su sueño: exponer algún día en Boadilla. En el palacio.