Reportaje

Lo que no se ve del Metro Ligero

Metro Ligero Oeste nos ha abierto sus puertas para conocer cómo es su trabajo desde dentro. Una labor minuciosa para que todo funcione como un reloj.

 

Forma parte del paisaje urbano de Boadilla desde 2007. El Metro Ligero Oeste L3 cubre el trayecto Puerta de Boadilla –Colonia Jardín en poco más de media hora. Un servicio que ofrece a los vecinos una opción de transporte público sostenible para trasladarse a Madrid capital. Cierto: no tan rápido como se espera, pero sí con puntualidad, regularidad y seguridad.

Lo que pocos saben es lo que ocurre tras las puertas de las cocheras, situadas en un lateral de la carretera M-511, en Ciudad de la Imagen, cerca de Kinépolis. Así que hasta allí nos hemos acercado.

El gran hermano

El corazón de MLO está en el puesto de mando. Desde ahí lo vigilan todo, como un gran hermano.

La circulación de los trenes, señalización, seguridad, atención al cliente, suministro eléctrico... y pueden solucionar casi cualquier incidencia de las instalaciones (escaleras mecánicas, iluminación de plataformas, alumbrado del túnel, máquinas de venta, ascensores...), sin moverse de esa sala.

A través de varias pantallas, realizan un control las 24 h del día de las vías, estaciones y hasta el interior de los trenes, gracias a las cámaras instaladas, tanto fijas como móviles. Pueden acceder a la grabación en tiempo real y así solucionar las incidencias sobre la marcha.

 

Una familia de 27 trenes

En MLO trabajan 220 personas y dispone de 27 trenes. En hora punta, están en funcionamiento 21. Al terminar el servicio, todos pasan por una revisión de mantenimiento diaria. Se les miran los altos y los bajos, como si fuera un coche, ¡pero a lo grande!

En la nave-taller disponen de fosos para la zona inferior y plataformas para la parte superior. Solo en ocasiones puntuales hay que elevar los trenes, mediantes grandes gatos, para desmontar alguna pieza y poder sacarla.

Una de las cosas más importantes es revisar el estado de las ruedas. Aunque son de acero, se van deformando con el uso. Por eso, cada 20.000 km pasan por una sesión en el torno que les devuelve la forma original.

Además, hay dos elementos esenciales para que las ruedas funcionen bien: arena y aceite. ¿Te sorprende? Tiene su razón de ser.

El aceite se va depositando a través de un engrasador automático en el encuentro rueda-carril para evitar ruidos. De hecho, los que llevan tiempo viajando en Metro Ligero recordarán el fuerte chirrido que hacía el tren al pasar por las casas de la Guardia Civil, entre Ferial de Boadilla y Boadilla centro. Ese sonido se pudo eliminar gracias a este sistema de engrasado.

¿Y la arena? Pues es necesaria para aumentar la fricción entre rueda y vía (ambas metálicas), facilitando la frenada.

Ambos elementos, aceite y arena, se reciclan al terminar el proceso.

 

Sistemas de seguridad

Los trenes disponen de varios sistemas de seguridad que reducen al mínimo el riesgo accidente:

  • Sistema de hombre muerto. El conductor tiene que ir activando con el pie o la mano un dispositivo para que el vehículo “entienda” que hay alguien al volante. Si deja de notarlo, el tren directamente se para.
  • Barra antiatrapamiento. Debajo de la cabina del conductor, más o menos, hay una barra que detecta cualquiera objeto/persona/animal que pueda aparecer en la vía. Si es el caso, deja caer una lámina plástica que arrastra el bulto evitando que sea aplastado.
  • Sistema de monitorización de la velocidad. Los conductores pueden regular la velocidad de los trenes. Pero, para mejorar la seguridad, se ha incorporado un nuevo sistema de monitorización de la velocidad, SIMOVE. El vehículo está localizado por GPS y tiene instalados unos perfiles de velocidades máximas. Si el conductor, por cualquier razón, supera la velocidad permitida, el sistema le avisa y si no la corrige y continúa, puede frenar el vehículo. El diseño de esta técnica procede de Tenerife, y MLO es el primer sitio de la península donde se utiliza.
 

¿Sabes que es un pantógrafo?

¿Te has fijado en que los trenes se unen al cable de red con una especie de gancho? Pues eso es el pantógrafo.

De este modo, los vehículos reciben la electricidad que necesitan (750 voltios) para funcionar.

 

Siempre brillantes

Cada tres días, los vehículos pasan por el túnel de lavado.

A diferencia de los que se utilizan para los coches, aquí el que se mueve es el tren, que va circulando mientras se enjabona y se enjuaga. Del agua que se usa, se recicla el 80%.

Otra diferencia es que no dispone de aparatos de secado. ¿Por qué? Pues porque se seca por ósmosis, es decir, el agua utilizada se depura de tal manera que no contiene nada que se pueda decantar. Así los trenes se secan al aire libre sin ninguna mancha de agua.

 

Cuando acaba el día...

El servicio de trenes acaba a las 01.30 h, hora en la que sale el último tren de cada cabecera. Y hasta las 06.00 h que se reinicia, todos "duermen" en una gigantesca nave de estacionamiento.