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Javier Serrano: un romántico de los vinos

Javier Serrano lleva 20 años viviendo en Boadilla y es de esas personas que sabe aprovechar al máximo las horas del día. Además de sacar adelante su agencia de comunicación, es capaz de dedicarse a otras tareas que le enamoran, como cantar con el grupo Quarantines… y su aventura más reciente, hacer vinos, uno de los sueños de su vida.

 

Hace unos años conoció al enólogo Jesús Peña, fundador y propietario de Casa Maguila, una bodega de Toro. Junto a él, decidió comenzar un proyecto muy especial: elaborar vinos de autor, es decir, caldos con un toque diferente y propio, normalmente a partir de viñas viejas, de una media de 80 años.

"Es un proceso muy artesano, lleno de mimo y dedicación, hasta que el vino está en su punto para embotellar"

“Jesús es muy exigente con la uva, no es fácil encontrar una producción que le guste, que considere que es especial”, cuenta Javier. “Una vez que ya la tenemos, vamos en vendimia para comprobar que su calidad sigue siendo buena. Ahí comienza un proceso muy artesano, lleno de mimo y dedicación, hasta que el vino está en su punto para embotellar”. Hasta la etiqueta y el lacre de la botella son exquisitos.

Decidieron llamarlos vinos PE ESE, las iniciales de sus apellidos, pero deletreadas. “Nos volvimos locos con el registro de la marca. El vino se iba a llamar Insurrección, como la canción, porque Jesús me conoció dando un concierto de Los Quarantines, pero ya estaba registrado; la segunda opción fue El Límite, otro tema que tocamos, pero también estaba registrado. Así que nos decidimos por una opción práctica”, explica entre risas.

Los primeros en ver la luz han sido dos caldos con Denominación de Origen del Bierzo: un tinto con variedad de uva mencía y otro blanco con uva godello. “Estamos tanteando otros viñedos en Arribes (Salamanca), en Utiel (Valencia), en Ribera Sacra (Galicia) y en Alicante, pero de momento los que están sobre la mesa son los PE ESE del Bierzo”, explica.

Una producción pequeña

Las producciones son pequeñas, entre 300 y 1.200 botellas por tipo. “Esta cantidad hace que sea un proyecto más romántico que económico. La forma de distribuirlo es también muy personal, en sitios elegidos y de cercanía. Igual que muchos otros con la pandemia, hemos apostado por el comercio local”.

En Boadilla está disponible en seis restaurantes: La Taberna Cerveza Bien Tirada, El Antoju, La Lonja, Alilian, El Buey y La Abacería; y en dos tiendas gourmet: Vinoteca La Mercería y Flor de Almíbar.

Ha salido con un precio de 26 euros, el tinto, y 19 euros, el blanco. Con ese precio están en su web (www.vinospeese.es) y en la Guía Peñín de los Vinos de España, que les ha dado 90 puntos en su ranking de calidad.

Javier nos cuenta que uno de sus amigos le dijo que es “el vino de Boadilla que no se hace en Boadilla”. Y sí, reconoce que le gustaría “que se conociera como un vino muy bueno y muy rico de esta zona”. Aquí al menos se gesta cada caldo.