La campaña para las elecciones autonómicas de Madrid ha dado el pistoletazo de salida. Y lo ha hecho tras una larga estela de polémica después de que algunos partidos sortearan la normativa electoral, que prohíbe pedir el voto expreso para los candidatos de los partidos antes del inicio de campaña.
La bomba estalló cuando el PSOE colocó una enorme pancarta en la plaza de Callao pidiendo la movilización ciudadana para votar. Esta acción fue impugnada por el Partido Popular, sin embargo la Junta Electoral no consideró este movimiento por parte del partido socialista como "infracción", puesto que no hacía "expresa petición del voto a la candidatura, sino que se limita a promover el voto y la participación electoral”.
En Boadilla, el ambiente se ha mantenido en una línea similar. La candidata del Partido Popular y presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, realizó una visita al municipio sin previo aviso. Aunque al no pedir el voto de manera explícita, tampoco se considera infracción electoral.
Otros partidos como Más Madrid también incluyeron la imagen de la candidata Mónica García aunque no pedía el voto expreso, mientras que el PSOE se vió obligado a rectificar y suspender el reparto de panfletos con la imagen de Ángel Gabilondo e información sobre el voto por correo tras una denuncia del PP ante la Junta Electoral. Aunque los populares también habían hecho lo mismo.
Por su parte, Vox desobedeció la normativa anticovid en su acto de precampaña con el presidente del partido, Santiago Abascal, y la candidata a la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, el sábado en el parque Víctimas del Terrorismo. El número de asistentes que congregó el acto, aunque era en un espacio exterior, no cumplía la distancia de seguridad obligatoria.