Cultura

Boadilla, en el catastro del marqués de la Ensenada (S. XVIII)

La capilla del palacio del infante don Luis acogió el pasado 17 de junio la presentación del libro 'Boadilla del Monte y Romanillos en el catastro del Marqués de la Ensenada' (1751- 1756) escrito por el catedrático de la Universidad Complutense y vecino de Boadilla, Carlos Junquera Rubio.

 

Una obra interesante que nos muestra cómo eran Boadilla del Monte y el poblado de Romanillos a mediados del siglo XVIII: su población, a qué se dedicaba cada vecino, las propiedades comunales y particulares, los edificios existentes y en qué se usaba cada uno, qué se cultivaba...

El origen de toda esta información es el cuestionario con 40 preguntas que el marqués de la Ensenada, ministro del rey Fernando VI, envió a todos los ayuntamientos de las 22 provincias que formaban entonces el reino de Castilla. Un arduo y costoso trabajo de campo cuyo objetivo era establecer un sistema fiscal único basado en la riqueza real de cada población.

El catastro nunca se aplicó, pero sí dejó para la historia una importante fuente de información

El catastro nunca se aplicó, pero sí dejó para la historia una importante fuente de información detallada sobre 15.000 lugares de España. Boadilla del Monte y Romanillos -que entonces pertenecía a Brunete-, entre ellos.

“Boadilla del Monte era entonces una aldea, pero contaba con cinco clérigos y era tratada como villa. En Romanillos vivían dos personas y en Boadilla del Monte 55 en el mejor de los casos: 40 vecinos, 10 jornaleros y 5 clérigos”, afirma el autor.

Una población que crecería años después con la llegada del infante don Luis y su comitiva a nuestra localidad, “ya que aumentaron las peticiones de tareas a realizar”, añade Junquera Rubio. El vecindario total en 1759 era de 78 vecinos (83 si contamos a los cinco clérigos).

El Ayuntamiento de Boadilla del Monte ha editado el volumen.