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Videojuegos indie: qué son y cómo encontrarlos

El coste medio de un videojuego hoy en día es de entre 30 y 50 millones de dólares. El coste medio de un empleado en una desarrolladora de videojuegos es de 10.000 dólares al mes. El tamaño de un equipo de desarrollo suele exceder las cincuenta personas.

 

Todo ello sin hablar de las comunes subcontrataciones a la hora de producir las animaciones, el arte y otras tareas que sobrecargan el coste de un desarrollo hasta las cifras men­cionadas anteriormente. Obviamente, hablamos de los comúnmente llamados videojuegos Triple A: superproducciones desarrolladas por grandes empresas que cuentan con grandes presupuestos para producción y markéting, como Fifa, God of War, Skyrim, y la mayoría de videojuegos que podemos ver en las tiendas.

Para fortuna de algunos que tratamos de conseguir un futuro en este cada vez más saturado mundo del videojuego, existen otro tipo de producciones, menos costosas, que conocemos como indies, o videojuegos independientes. Se trata de productos desarrollados por equipos considerablemente más pequeños, a veces incluso por un solo individuo, como es el caso del exitoso Stardew Valley, y que, en su mayoría, no cuentan con el apoyo financiero de grandes distribuidores.

Frescos y arriesgados
Cada día salen más de una decena de juegos independientes que, al no contar con el apoyo de grandes distribuidoras que puedan colocar un tráiler en la televisión, tienen que hacerse notar de otra manera.

Esto, junto al hecho de que las producciones independientes no pueden permitirse el lujo de exhibir una potencia gráfica elevadísima ni alargar su desarrollo durante años para recrear enormes mundos abiertos, desemboca en que los desarrolladores tengan que exprimir al máximo su potencia creativa, lo que conlleva que la mayoría de juegos indie que triunfan en el mercado, recaudando en ocasiones varios millones de dólares, se caractericen por ser títulos innovadores, que proponen ideas frescas y novedosas a la par que arriesgadas.

Video juegos indie
Un videojuego indie muy reciente, y que utilizaré como caso de estudio para ejemplificar el concepto que se expone, es Undertale, un juego que salió a la venta por primera vez el 15 de septiembre de 2015. Su producción está realizada por una única persona: Toby Fox. Él se encargó del diseño, el desarrollo e incluso de la composición musical.

El juego no es un portento gráfico (es más bien feote) ni se caracteriza por ser demasiado largo (puedes terminarlo en apenas cinco o seis horas si te lo propones). Se trata de un juego en el que el personaje que encarnamos ha caído en un mundo subterráneo que se presenta con el nombre de Underground y debemos averiguar cómo salir de ahí.

Durante nuestra aventura nos encontraremos con diferentes monstruos y adversarios que, en cualquier otro videojuego deberíamos asesinar, pero Undertale nos propone otra opción: entablar conversación con ellos, comprenderlos y hacernos sus amigos, de forma que, si no matamos a nadie a lo largo de nuestra aventura, conseguiremos el Final Pacifista, un logro terriblemente complicado.

Pero no nos engañemos: también podemos realizar nuestra andadura por Underground sin dejar títere con cabeza y conseguir el Final Genocida, logro igual de complicado que el mencionado anteriormente.

Todo esto, aderezado con un humor impecable y un desarrollo de personajes único, consiguió que en febrero de 2016, menos de un año después de su lanzamiento, Undertale alcanzase el millón de unidades vendidas, además de situarse en el top 25 de los mejores juegos para PC de todos los tiempos. La aceptación fue tan alta que en 2017 el juego fue lanzado en PlayStation 4 y PlayStation Vita, y próximamente se lanzará en Nintendo Switch. Y recordad, todo esto desarrollado por un solo individuo.