Hoy en día, cuatro de cada diez parejas tienen problemas para concebir un hijo. Hay muchos factores que afectan, tales como la mala nutrición, vivir en un estado de estrés constante, las toxinas que interfieren en las hormonas, la edad tardía...
Muchas de estas parejas se someten a agresivos tratamientos médicos de fertilidad que llenan de hormonas y provocan todo tipo de desajustes. Todo ello para lograr una tasa de embarazo por ciclo de inseminación artificial que oscila alrededor del 15%, con una tasa acumulada de alrededor del 45% después de cuatro intentos. Un proceso que deja a las mujeres que no lo consiguen machacadas física y psicológicamente.
Sin embargo, el gran público desconoce la gran variedad de tratamientos naturales a su disposición. Tratamientos con un porcentaje de éxito nada desdeñable.
Para comenzar, es importantísimo mantener unos buenos hábitos alimenticios. No se aconsejan los alimentos elaborados con harinas refinadas ya que pueden inferir en la ovulación. Se debe optar por la comida con alto contenido en antioxidantes, como las frutas y verduras; en ácido fólico, como los cereales; y los ácidos grasos omega-3, presente en el pescado azul. También debemos evitar las bebidas con cafeína. En general, todos aquellos hábitos que nos ayuden a estar relajados y en sincronía con nosotros mismos jugarán a nuestro favor. Hábitos que son importantes para los futuros madre y padre, ¡esto es cosa de dos!
Hay en concreto dos tipos de terapias naturales que tiene un buen porcentaje de éxito en la fertilidad, son la homeopatía y la acupuntura.
La homeopatía tiene mucho éxito con problemas de fertilidad tanto en la mujer como en el hombre. Es un sistema de conocimientos médicos que busca estimular la curación del organismo a través de compuestos naturales, centrándose en tratar la causa. Existen decenas de compuestos que mejoran la fertilidad, pero solo un profesional en la materia aconsejará el que mejor se adapte al caso.
La acupuntura es una técnica que también busca estimular la capacidad natural del cuerpo para curarse. Se realiza mediante la inserción de agujas en puntos de acupuntura específicos. Es la práctica más extendida de la medicina tradicional China, que también comprende otras como remedios herbales, moxibustión, masajes y dietas, así como cambios en el estilo de vida, ejercicio (tipo yoga) y meditación.
Las agujas de acupuntura permiten desbloquear y restablecer el flujo normal de la energía por los meridianos. Por ello, los tratamientos pueden ayudar a los órganos a corregir desequilibrios. Puede usarse en los casos de endometriosis, síndrome del ovario poliquístico, recuento o movilidad baja de espermatozoides...
Este tipo de tratamientos tienen un notable porcentaje de éxito, con la ventaja añadida de que no solo no tendrás efectos secundarios, sino que tu equilibrio general mejorará.
Tal vez si estas ilusionadas futuras madres lo supieran, podrían ahorrarse toda una larga tortura y llegar al tesoro final de una forma mucho más natural y armoniosa, disfrutando del proceso como se merece.