Salud

Sin leche por favor: Cuando la lactosa perjudica

Hay más intolerantes a la proteína de la leche de lo que se piensa, lo que deriva en problemas digestivos y de salud. Nuestra protagonista sabe de ello, y entre otros ha volcado su valiosa experiencia y sus conocimientos en el blog "Sin leche por favor", un foro donde resolver dudas.

 

“De pequeña podía tomar de todo, pero a los 17 años comencé a sentir molestias que resultaron ser las típicas por intolerancia a la lactosa”, cuenta Mari Ángeles Martín, una joven afincada en Boadilla del Monte que incide en algo frecuente y preocupante: hay muchos casos de este tipo a los que los médicos no logran poner nombre, al menos al principio. Es más, Jorge, su pareja, recuerda que “hay montones de personas que lo sufren sin saberlo: simplemente se sienten mal, pero no saben por qué”.

 

En el caso de Mari Ángeles fue un naturista quien orientó la búsqueda, “invitándome a probar si dejando a un lado la leche y derivados la cosa iba mejor”. Y acertó, como al final le diagnosticaron en Digestivo a los 20 años… camino de 21.

 

La intolerancia a la lactosa es una afección de las microvellosidades intestinales motivada por la falta de secreción del organismo de la enzima lactasa, que deriva en la imposibilidad de metabolizar lactosa, la proteína o azúcar de la leche.

 

Mari Ángeles matiza que hay distintos grados de intolerancia, pero que en todos los pacientes “tienen que mirar con detalle la composición de lo que comen, porque la lactosa está presente hasta en medicamentos, y esta dolencia no tiene casi tratamiento: sobre todo se combate con prevención”.

 

“Poco a poco –añade-, la concienciación ofrece alternativas, sobre todo a base de soja, pero aún es difícil, por ejemplo, llegar a una cafetería y que tengan leche de este tipo; tienes que llevártela de casa para acertar”.

 

Hace tiempo, y a raíz de quedarse en paro, nuestra protagonista hizo un curso de community manager y como ejercicio para terminarlo pensó en un blog, Sin leche por favor, que abordarse el tema. “Detecté que había pocos y que los existentes eran muy técnicos. Mi idea es ofrecer información práctica, resolver dudas e inquietudes de la gente sobre comidas, ingredientes… Cosas que surgen a cada paso, como me pasaba a mí. No es fácil tener a quién preguntar y, para colmo, no vas al médico cada día”.

 

“Ahora –prosigue- tengo perfiles en las redes sociales más populares, sobre todo en Twitter y Facebook. En Youtube, y junto a mi madre, subo vídeos donde elaboramos recetas de postres, etc”.

 

Tiene en mente abrir una cafetería para intolerantes a la lactosa donde, de paso, adquirir productos aptos para los pacientes. Mientras, colabora con un comercio madrileño del ramo (Zona Sin, o @zonasin), a final de mayo recalará por el Salón de Intolerancias de Madrid (SALAIA) y en breve dará charlas sobre esta importante dolencia para concienciar a los chavales futbolistas del Club Deportivo Nuevo Boadilla, del que Jorge, su novio, es uno de sus principales coordinadores.