Belleza

Protección solar del cabello de la raíz a las puntas

 

Los rayos de sol son el enemigo número uno del cabello. Los factores climatológicos propios del verano hacen que la resistencia de nuestro pelo disminuya notablemente, produciendo alteraciones que se manifiestan en el cabello: envejecimiento prematuro, degeneración del color, debilitamiento, rotura del cabello, perdida de brillo, etcétera.


Además, el reflejo de los rayos solares (UVA y UVB) sobre la arena y el agua aumenta sus efectos negativos, dañando así las largas exposiciones al sol el cabello y el cuero cabelludo.

 

Al contrario que la piel, el cabello es una estructura inerte, no puede autorepararse. No posee un sistema de defensa natural, y estas alteraciones, una vez producidas, resultan irreversibles. Para evitar este deterioro producido por la exposición del mismo al sol es imprescindible cuidarlo y protegerlo con un protector solar.

 

Efectos nocivos del sol y el agua

 

La capa externa del cabello está constituida por escamas superpuestas para ejercer una función protectora de la estructura interna de la fibra capilar. La cohesión de las escamas esta asegurada por el cemento intercelular, constituido por lípidos que aseguran la solidez y la resistencia del cabello.


Cuando los cabellos se exponen al sol, las escamas se abren, se desprenden, el cortex queda al descubierto y el cabello sin protección. Su aspecto se vuelve áspero, apagado, sin brillo.


La estructura interna del cortex, corazón del cabello, se altera. Una vez degradada la cutícula, aparecen cambios importantes: porosidad y sensibilidad frente a los agentes químicos, una disminución de la cantidad de lípidos del cemento entre las células, una degradación de la queratina que engendra una menor resistencia mecánica al cepillado y secador de mano; y un ataque directo a la melanina, que origina alteraciones en el color.


Pero la luz no es la única responsable del deterioro del cabello. El agua del mar o de la piscina favorece la acción de los radicales libres y aumenta las alteraciones producidas por el sol. El film hidrolipidico que protege la fibra capilar se degrada y el cabello pierde impermeabilidad. Los cabellos coloreados o con mechas se ven afectados con mucha mayor intensidad si no están debidamente protegidos.

 

La protección del cabello

 

Al igual que los de la piel, los protectores capilares tienen filtros solares UVA y UVB. Estos filtros cubren el cabello creando una barrera protectora que impide que los rayos ultravioleta penetren en la fibra capilar, evitando su deshidratación, la porosidad en la cutícula, la perdida de color y la descamación del cuero cabelludo.


Existe toda una gama de tratamientos con filtros solares para el cabello con el fin de protegerlo de las agresiones del sol y el agua del mar y las piscina; tratar y nutrir aquellas partes dañadas; o para devolver con un after sun o una mascarilla nutritiva especifica su vitalidad brillo y suavidad.