Mascotas

¡Ojo con la procesionaria!

Con la llegada de la primavera, llega también la oruga procesionaria. Bajan de sus nidos en pinos o cedros para enterrarse en el suelo y convertirse en mariposas. En su camino a tierra, nuestros perros pueden encontrarse con ellas y, si las huelen o se las comen, pueden sufrir una reacción alérgica potencialmente mortal (en niños también).

 

La oruga procesionaria es una de las fases de desarrollo de la mariposa Thaumetopoea pityocampa. Sus nidos suelen estar en pinos o cedros y, de marzo a junio, salen de ellos para bajar al suelo y enterrarse, donde se convierten en mariposas. Mide unos 4 cm de longitud y se desplaza por el suelo en fila india, de ahí el nombre de “procesionaria”.

Este insecto tiene alrededor de su cuerpo una serie de pelos urticantes que lanza al aire si se siente en peligro. Contienen Thaumatopina, una toxina que provoca irritación, reacciones alérgicas y, en los casos más graves, puede ser letal. Hay que actuar rápido, es una urgencia veterinaria.

Estas orugas suelen llamar la atención de los perros por su curiosa forma de moverse y sus llamativos colores. Lo más normal es que quieran olerlas, jugar e incluso comérselas. Por eso, el primer consejo es evitar paseos por zonas donde haya procesionaria. Si tenemos jardín en casa, será necesario retirar los nidos con mucho cuidado y tratar los árboles para prevenir su aparición.

Reacción alérgica

Si aun así nuestro compañero de cuatro patas se topa con ellas y las toca, huele, chupa o traga, repetimos, hay que actuar rápido. Los pelos de la oruga pueden, por ejemplo, incrustarse en la córnea o en la conjuntiva del animal y provocar una queratoconjuntivitis (inflamación de la córnea y la conjuntiva). Si se la come, puede producirle necrosis en la lengua o incluso lesiones graves en el esófago. Y siempre está el riesgo, tanto si la ingiere como si no, de un choque anafiláctico.

Es imprescindible acudir inmediatamente al servicio de urgencias de un centro veterinario

Por eso, ante síntomas como rojeces en los ojos y en la piel, babeo espeso, boca o cara inflamada, problemas para tragar o respirar, jadeos o incluso que la mascota convulsione o no se levante, es imprescindible acudir inmediatamente al servicio de urgencias de un centro veterinario para que reciba tratamiento cuanto antes.

El colegio de veterinarios de Sevilla nos explica que hasta que lleguemos al veterinario, podemos limpiar la zona afectada con guantes y agua caliente para inactivar las toxinas, y aplicar frío (helado o hielo envuelto en una tela) para que baje la inflamación.

En Boadilla

En nuestro municipio, todas las primaveras se realiza una campaña de retirada de nidos de oruga procesionaria.

Y, en invierno, se aplica un tratamiento de endoterapia en los pinos que consiste en inyectar un producto contra las orugas directamente en el sistema vascular del árbol. Este sistema preventivo es efectivo durante dos años. Aún así, mucha precaución: hay que evitar esas zonas y llevar a los perros atados.