Motor

Nissan Qashqai: A medio camino

La firma japonesa propone un pequeño 4x4, rival de compactos tipo Ford Focus Wagon.

 

Las características del Nisssan Qashqai lo enmarcan en el segmento del todocamino más ligero, lo que fija en su senda rivales tipo el Hyundai Tucson. Sin embargo, sus compactas dimensiones (4,32 metros de largo por 1,61 de alto) lo acercan más al flamante Seat Altea Freetrack y le permiten atrapar clientes de vehículos tipo Ford Focus. Y es que su silueta aúna soluciones familiares y vehículo deportivo utilitario (SUV) –cortos voladizos, generosa altura al suelo…–


Con un puesto de conducción bien ideado y un habitáculo amplio y robusto, el Qashqai, de confortable dinámica, se beneficia de un completo equipamiento en el que destacan control de estabilidad, aire acondicionado o climatizador, llantas o audio/bluetooth.


Cuatro motorizaciones


Cuatro son sus propulsores: dos de gasolina y otros tantos turbodiesel. Los primeros son cumplidores, pero humildes en prestaciones, sobre todo el 1.6 de 115 CV combinado con tracción delantera 4x2.


Más capaz, el 2.0 de 140 CV  está disponible en 4x2 ó 4x4. La última permite marchar en tracción delantera, total automática –engrana el eje trasero si el delantero pierde adherencia– y Lock, que bloquea el sistema para circular siempre con cuatro ruedas motrices. Es una buena alternativa para pistas, aunque el Qashqai no está ideado para la práctica campera pura y dura.


La gama de motores turbodiesel dCi comprenden los 1.5 de 105 CV –de prestaciones sólo correctas y consumo ajustado–; y un 2.0 de 150 C. Como el anterior de origen Renault, compatible con tracción 4x2 –única posibilidad en el 1.5– y 4x4. Si el presupuesto lo permite –desde 23.480 euros–, es la motorización que recomendamos.