Mascotas

La ansiedad por separación

La ansiedad por separación es un trastorno del comportamiento que consiste en que el animal sufre un estado de estrés (más o menos intenso) cuando no está con su dueño.

 

Es muy frecuente y sus causas desencadenantes son múltiples: cambio en los hábitos diarios, largos periodos en residencia, cambios de domicilio, falta de socialización en los primeros meses de vida, disfunción cognitiva (ya hablamos de ella anteriormente), etc.

 

Los animales que la padecen son muy dependientes de uno o más miembros de la familia y, el hecho de quedarse solos en casa, les genera una situación de estrés. Como consecuencia, desarrollan comportamientos anormales e indeseables, ladridos y/o aullidos constantes, evacuaciones en la casa e incluso llegan a destrozar muebles, puertas, paredes…

 

Es importante diferenciar estos casos de ansiedad real de otros en los que los animales destruyen cosas por aburrimiento o diversión. Generalmente estos últimos manifiestan los comportamientos destructivos tanto cuando están solos como cuando están acompañados.

 

¿Qué puedo hacer para evitarlo?

 

Lo primero es identificar las señales (de nosotros hacia ellos) que puedan interpretar como previas al abandono (ponerse los zapatos, coger las llaves…) e ignorar al perro antes y durante. No debemos tranquilizar, hablar o acariciar al perro cuando manifieste comportamientos ansiosos ya que, así, le estamos mandando un mensaje de refuerzo en esa actitud y estamos premiando su nerviosismo. Podemos entretenerle con juguetes que le gusten, y no siempre los mismos. Tampoco debemos despedirnos del animal ni volvernos, aunque sea para regañarle, si le oímos llorar.

 

Cuando regresamos a casa, debemos evitar saludarle. Ignoraremos por completo al animal hasta que se muestre tranquilo y relajado. Sólo entonces, y por iniciativa nuestra, atenderemos al perro. De ese modo le haremos ver que premiamos una conducta tranquila. Nunca debemos castigar al perro por los destrozos que haya podido causar ya que no van a asociar causa y efecto, lo que les genera mucha más ansiedad.

 

Podemos hacer ejercicios repitiendo señales que desencadenan el estrés del perro, de modo que no los puedas asociar al hecho de quedarse solo. Por ejemplo: ponernos los zapatos sin salir a la calle, coger las llaves y hacer ruido con ellas, etcétera. También es muy importante premiar al perro cuando esté lejos del dueño, tranquilo y en otra habitación. De ese modo le hacemos ver que ese comportamiento sí nos gusta y favorecemos la independencia del animal.

 

Se debe individualizar cada caso para utilizar las pautas de modificación de conducta oportunas que, normalmente, hay que aplicar tanto al animal como al propietario. Algunos casos, incluso, requerirán un apoyo farmacológico bajo prescripción veterinaria. En cualquier caso, es un proceso largo y complejo.