Hogar

Experiencias. La cena de Navidad

El ambiente, la mesa, el servicio, el menú y la bebida. Son los cuatro aspectos que debes cuidar esa noche tan especial.

 

La cena de Navidad es el encuentro gastronómico más emotivo del año, y donde se juntan alrededor de una mesa personas, recuerdos, deseos e intenciones. Un evento que merece la pena preparar con esmero, ya que refl eja la personalidad y gustos de cada familia, y en el que se trata de satisfacer a todos los asistentes. Sobre los anfitriones recae la responsabilidad de que la cita sea memorable, y por ello conviene preparar con tiempo y esmero los detalles para esta noche. Al igual que un restaurante no se califica sólo por la comida, conviene cuidar cuatro aspectos.

 

EL AMBIENTE

 

Crear un ambiente agradable es un buen comienzo. La decoración del comedor con detalles navideños y una música de fondo con villancicos, ayudarán a que familia e invitados se integren en el contexto de la celebración.

 

Como ambientador viene de ambiente, ¿por qué no poner unos palitos, velas o el jabón del baño con esencia romántica de pudding navideño? Está a la venta en el mercado, y seguro que consigues abducir a los asistentes en un puro ambiente navideño.

 

LA MESA

 

Sin entrar en criterios de máximo protocolo, hay que vestir la mesa de ambiente de Navidad. Lo primero será determinar el estilo con el que nos sentimos identificados, bien la familia, los anfitriones o la decoración de la vivienda donde se celebre. Puede ser moderno, urbano, campestre o minimalista. No hay que ceñirse a los clásicos rojos y verdes. El caso es que la puesta en escena de la mesa siga unas pautas de estilo y sobre todo que el centro decorativo, vajilla y cristalería marquen una tendencia.

 

Sugerencia: olvídate de centros altos que impidan la vista entre comensales, y no recargues demasiado los espacios, para que los invitados se desenvuelvan con soltura.

 

EL SERVICIO

 

Aunque los anfitriones sean los maestros de la ceremonia, no exime a los invitados en colaborar o ayudar, traer, llevar, servir y disponer. Hay que cuidar el detalle y disponer de los útiles necesarios para un buen servicio, y no estar en constante trasiego hacia la cocina para traer vasos, copas, trinchadores o cazos de servir las salsas. Una vez sentados, conviene levantarse lo menos posible y disponer en la mesa de todos los enseres necesarios.

 

Dispón una mesa auxiliar cerca de la principal para tener los accesorios necesarios y acordes al menú que hayas preparado.

 

Decanta el vino tinto media hora antes del inicio de la cena, y mantén la temperatura óptima de los blancos, cavas o champagnes, disponiendo de una cubitera con hielo en esa misma mesa.

 

EL MENÚ Y LAS BEBIDAS

 

Lo importante no es el precio, ni es la clave de la cena. Hay opciones para todos los gustos, y el marisco o el foie, no son obligatorios.

 

Sí que es importante conocer los gustos de los asistentes y buscar un menú equilibrado que dé capricho a la mayoría. Muy importante el maridaje de alimentos y bebidas, y para nosotros en concreto, incorporar alguna propuesta nueva que sorprenda a los invitados.

 

También es recomendable que esté todo previamente preparado y que cocinero o cocinera no tengan que estar mucho tiempo frente a los fogones. El ¡calentar y listo! y el horno son siempre buenos aliados.

 

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