Comenzó a pintar de niña. Lleva el arte en las venas. Firma sus obras como Galda y trabaja sobre tablas, lienzos reutilizados, cartones, tapas, cajas... le gusta mezclar y descubrir texturas, pero, para ella, la luz del oleo es inigualable. Su formación como pintora ha sido y es de la mano de Nieves Durango, en los talleres municipales.
¿Qué significa para ti ponerte delante de un lienzo en blanco?
Ese vértigo de la página en blanco es el mismo ante el lienzo. Normalmente garabateo sobre papeles varios, a boli, rotulador, también me sirven de inspiración mis cuadernos de viajes que siempre me acompañan y son mejores que cualquier foto. Así pues cuando el lienzo está delante de mí hay veces que lleva hablándome un rato.
La figura de la mujer es recurrente en tu obra. ¿Piensas que todavía se nos infravalora en el mundo del arte?
La mujer, en su feminidad es piedra angular del mundo tal y como lo conocemos, pero ha sido un pilar invisible, culturalmente, ideológicamente y en mis intento visibilizar a esas mujeres de mi vida que desde su rol, su posición, me enseñaron a vivir la feminidad en libertad.
Cómo va a ser B-Ellas, tu próxima exposición en Boadilla...
Son obras que se podrían encuadrar en el expresionismo figurativo. No intento tanto que cada figura quede perfectamente trazada y proporcionada, como que trasmita con la mirada y el gesto situaciones cotidianas. Y hago dos homenajes muy especiales: uno a Forugh Farrojzad, que murió muy joven en un accidente de tráfico, dejando cinco libros de poesía llenos de rebelión y sensualidad que la convirtieron en un mito de la poesía persa; y otro a las Hermanas Cortesina, que desde los 12 años comenzaron su andadura profesional hasta ser las pioneras del cine en España. Además para la inauguración tengo el inmenso placer de que Felipe Rojas nos acompañe con su música en directo.
¿Cómo conociste el Club de las Mujeres In Visibles? ¿Qué te aporta?
El Club de las Mujeres In Visibles actúa como nexo entre mujeres artistas y mercados. Conocía su labor pero nunca me imaginé que podría ser una de las integrantes. Desde entonces veo un futuro en mi arte y me siento muy acompañada. La labor de difusión que hace Eva Tamargo de los proyectos del Club es impresionante, pero todas estamos unidas y vamos de la mano.
¿Cuánto llevas viviendo en Boadilla? ¿Qué es lo que más te gusta?
Resido en Boadilla desde hace 20 años, en Las Eras, junto al pueblo y rodeada de bosque. Me encanta pasear entre encinas con mis perros y mi pareja.