Según anunció hace unos días Guillermo Mariscal, diputado del PP y portavoz de este grupo en la Comisión de Industria del Congreso de los Diputados, está prevista, para el próximo mes de junio, la modificación de la ley por la que se definen los agentes que pueden realizar las inspecciones periódicas en las instalaciones de gas natural.
Hasta ahora, esas inspecciones sólo pueden ser realizadas por agentes o subcontratas de las compañías distribuidoras de gas (Gas Natural y Madrileña Red de Gas en la Comunidad de Madrid). Con la nueva ley, podrá realizar la citada inspección cualquier empresa autorizada de gas, siempre que cumpla los requisitos establecidos.
Esto se traduce en una nueva liberalización, en la que el usuario podrá solicitar presupuesto a varias empresas, con lo que se potencia la libre competencia y con ella el abaratamiento de costes.
También está previsto que en junio se publique la ley sobre el autoconsumo de energía eléctrica. Se espera con impaciencia el espíritu y texto de la nueva reglamentación, ya que podría suponer un importante apoyo a todos los integrantes de la industria de las energías renovables y un ahorro significativo, tanto económico como de emisiones de Co2.
En la práctica podría suponer que cualquier propietario de vivienda unifamiliar podría instalar una pequeña batería de paneles solares fotovoltaicos con los que producir parte de la energía que consume, siempre teniendo en cuenta que no se puede exportar a la red la energía sobrante.
Técnicamente, eso no supone ningún problema instalando un controlador dinámico de potencia, que permite ajustar la potencia del campo de captadores para producir sólo la cantidad de energía consumida.
Los actuales inversores de tensión permiten conocer, vía internet, todos los parámetros de la instalación, tales como la energía producida en horas, días, meses y años, así como el ahorro que ha supuesto y los kg de CO2 que no se han emitido a la atmosfera, pues se trata de una energía totalmente respetuosa con el medio ambiente.
Éstas son algunas de las reformas legales que esperamos expectantes, pues afectan en buena medida a nuestra economía doméstica, sin olvidar la repercusión que tienen sobre la competitividad de las empresas y la generación de empleo.