Salud

El masaje con fines terapéuticos

El masaje aplicado por una mano experta mantiene la relajación de cuerpo y mente, mejora el aspecto externo, la autoestima, provoca pensamientos positivos, aumenta los niveles de energía y vigoriza todo el organismo.

 

Frotar y presionar una zona dolorida es una acción intuitiva, surge para aliviar el dolor y las tensiones, forma parte de la cultura ancestral del hombre. El Tratado de Medicina China de Houng-Ching, del año 1000 AC, es el primer escrito que habla de fisiología, patología e higiene. Ling-Chou describe meridianos y puntos de acupuntura. Los libros del Ayurveda en la India lo definen como arte curativo y terapéutico. Los tratados de masajes reflejos del antiguo Egipto se nombran la reflexología podal y facial. Los griegos usan el quiromasaje para cuidar el estado físico de los atletas...

 

Actualmente el masaje se aplica de forma científica. Debido  a los avances sobre anatomía, fisiopatología, etcétera, podemos explicar con claridad y certeza sus efectos benéficos.

 

Estudios de psicopediatría revelan que bebés prematuros que han recibido masajes tienen un mejor desarrollo tanto físico como neurológico.

 

En resumen: el tacto es un poderoso medio para el desarrollo fisiológico, psicológico y emocional. Aplicando la mano sobre la cubierta corporal, se transmite por presión mecánica al resto de órganos.  

 

Sobre una zona afectada producimos un efecto analgésico, se liberan fibras nerviosas atrapadas por desequilibrios mecánicos en articulaciones y tejidos blandos, pues se relaja la tensión del área; se bloquea el ascenso por la medula espinal de los impulsos dolorosos transmitidos por los receptores del dolor en su ascensión al encéfalo.

 

Es un arte y una experiencia el saber aplicarlo según el objetivo a conseguir, dolencia o alteración a tratar, pues tiene sus contraindicaciones. Existe desde la técnica simple que produce relajación, favorece el descanso, el sueño; hasta algunas más complejas para aliviar y eliminar dolencias concretas, contracturas, inflamación, dolor.

 

Con maniobras de bombeo activamos el retorno venoso eliminando edemas, hinchazón, estancamiento y mejorando venas, capilares y varices. Con el drenaje linfático manual y un profundo conocimiento de anatomía y fisiología, drenamos la linfa activando el sistema linfático, crucial para mantener óptimo el sistema inmunológico.

 

Con masajes también se puede tratar el tracto digestivo, gases, estreñimiento; regula la presión arterial. Equilibra el sistema nervioso, insomnio, estrés, agotamiento, fatiga muscular, ansiedad, estados depresivos. Produce una liberación de endorfinas endógenas que nos provoca sensación de bienestar.

 

Efectos sobre la piel

 

Respecto a su efectos sobre la piel, elimina células muertas mejorando color, tono y elasticidad de la misma. Favorece procesos metabólicos, el transporte de nutrientes, oxigena los tejidos, elimina desechos y toxinas, previene alteraciones, recupera tejidos dañados, mejora la respiración haciéndola más profunda y efectiva.

 

Aplicando técnicas que aceleran el metabolismo del tejido graso subcutáneo, eliminamos depósitos de grasa, reducimos peso, volumen y alteraciones estéticas como celulitis, adiposidad, y devolvemos su tono al músculo.

 

El contacto de la mano experta proporciona seguridad y confort, relajación y bienestar. Reduce el dolor, optimizando la conciencia sensorial, regula y alivia la tensión psico-física, recuperando y manteniendo la salud. Sin pretenderlo, se convierte en un acto terapéutico. Mantiene la relajación de cuerpo y mente, mejora el aspecto externo, la autoestima, provoca pensamientos positivos, aumenta los niveles de energía y vigoriza todo el organismo.