Mascotas

El gato geriátrico

Al igual que sucede en las personas, las mejoras en la alimentación y en los cuidados veterinarios vienen asociados con una mayor longevidad de lo felinos. También en la aparición de enfermedades relacionadas con la edad, que exigen cuidados específicos.

 

Cada vez es más común ver en las consultas gatos de edad muy avan­zada. Evidentemente, los mejores cuidados, los avances en medicina veterinaria y una alimentación más equilibrada, redundan en una mayor longevidad de los felinos y una mejora en su calidad de vida. Pero al mismo tiempo, han surgido enfermedades y dolencias asociadas a la edad. Patologías que suponen un reto en la práctica veterinaria diaria y que exigen cuidados específicos y especializa­dos para este grupo de pacientes.

Resulta muy llamativo que hasta el 90% de los gatos mayo­res padece artrosis, con el consiguiente dolor que supone para el animal. El problema es que los gatos tienden a no mostrar dolor ni debilidad, por lo que es difícil que el propietario la detec­te. A pesar de la ausencia de signos clínicos, es una patolo­gía que debe ser diagnosticada y tratada para procurar una mejor calidad de vida a nuestro gato.

Se estima que más del 30% de los gatos mayores de 10 años padecen de insuficiencia renal crónica. Es una pa­tología muy grave cuyos síntomas se muestran estando la enfermedad bastante avanzada, siendo entonces demasia­do tarde. Nuestro consejo para no llegar a ese extremo es que compruebe, a partir de los 8 años, si la función renal de nuestro gato es normal. Suele ser suficiente con un sim­ple análisis de orina, pero lo ideal es un control de sangre y orina.

La edad también deja secuelas de degeneración neuro­nal. Se observa que tienen una peor relación con su entorno habitual, pueden llegar a desorientarse, vocalizan de forma desmesurada, no reconocen a sus dueños... Se va deterio­rando el cerebro, disminuye el grosor de la corteza cerebral, se acumulan radicales libres y, consecuentemente, aparecen cuadros de senilidad que antes no se solían ver.

Otra patología frecuente en los gatos mayores es el hi­pertiroidismo, que cursa con síntomas muy inespecíficos como adelgazamiento, vómitos, incremento de la cantidad de orina.

Muchas de estas patologías pueden ser curadas o, al me­nos, tratadas para mejorar la calidad de vida de los gatos. El profesional veterinario podrá establecer una serie de prue­bas diagnósticas y de seguimiento para plantearnos los tra­tamientos más adecuados para nuestro gato.