Las radiaciones solares están compuestas por ondas visibles e invisibles: son las segundas las que pueden resultar muy nocivas para el ojo. Se trata de las radiaciones infrarrojas y los rayos ultravioleta, UVA.
Hay que tener más precaución en el mar y en la montaña. Por cada mil metros de altura, el índice de radiación ultravioleta aumenta un 10 por ciento. Es importante utilizar gafas de sol homologadas según la normativa europea y gafas acuáticas que protejan los ojos de la sal del mar y del cloro de las piscinas. Incluso las hay graduadas.
Cuidado con el cloro. Es una sustancia que mantiene el agua limpia y evita el riesgo de contraer infecciones, pero altera la piel y las mucosas respiratorias, y las mucosas de los ojos.
Tras el baño en una piscina, está indicado darse una ducha que elimine aquellas bacterias que el cloro no elimina totalmente o esos agentes irritantes. Está indicado incluso instilar unas gotas de lagrima artificial, siempre sin conservantes, o suero fisiológico que, si está frío, producirán un efecto descongestionante además de la limpieza que queremos conseguir.
Utiliza gorras y viseras. Ayudan a prevenir un gran porcentaje de los problemas oculares ocasionados por el sol. Entre las diez y las cinco de la tarde, son las horas en las que el sol está más fuerte. Y recuerda que, aunque este nublado, las radiaciones solares también pueden dañar los ojos.
A partir de los seis meses de edad, se debería proteger al bebé del sol de una forma adecuada.
Hay que tener cuidado con la arena, tanto de los parques como la del mar, ya que al jugar con ella se les puede introducir en los ojos. Si esto pasara, hay que aclarar inmediatamente los ojos y no dejar que se froten ya que se podría producir alguna lesión en la córnea.
La arena también puede contener alguna bacteria y crear alguna infección.
Utilidad de los tapones de baño
Si hay problemas con los oídos son importantes los tapones de baño, hechos a medida para el agua que los hace un audiprotesista evitando otitis en esta época.
En verano estamos más en contacto con la naturaleza. Hay que prestar especial atención a plantas como adelfas u ortigas. Si los niños las tocan y luego se frotan los ojos, puede producirles reacciones alérgicas, hinchazón y picor.
Lo mismo con algunos animales como gusanos de seda, insectos... que pueden contener sustancias tóxicas y producir irritación .
Hay que alejarles de determinadas plantas y animales enseñándoles para un futuro.
Prevenir
Es bueno beber mucha agua y tomar una alimentación rica en vitaminas A,E y C para reforzar las defensas de nuestros ojos, previniendo así el envejecimiento, no sólo en el verano sino durante todo el año.
Cuida tu piel, cuida tus ojos y tus oídos. Y en verano, más que nunca.