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Cómo prevenir las lesiones en el 'pie diabético'

 

Una de las consecuencias de la diabetes en las personas que padecen esta enfermedad es la pérdida de sensibilidad en sus extremidades inferiores. Por eso, el diabético es incapaz de sentir la presión que le ocasiona un zapato estrecho o que lleva un cuerpo extraño dentro del zapato, con los problemas que esto puede derivar a corto y medio plazo.


Esta falta de sensibilidad es el origen de graves lesiones que, incluso, pueden poner en peligro su pierna. Para prevenirlas, es  necesario seguir una serie de pautas:


Lavado diario. Debe realizarse con agua tibia o fría, debiendo comprobar la temperatura del agua antes de introducir el pie, ya que por la pérdida de sensibilidad pueden aparecer quemaduras.


No debemos entretenernos más 5-7 minutos, ya que la primera capa de nuestra piel se puede reblandecer y aparecer pequeñas lesiones dérmicas.
Con un jabón de pH neutro para respetar los microorganismos de nuestra piel.
Podemos utilizar un cepillo blando de mango largo para acceder a las zonas más lejanas.

 
Secado. Utilizar toalla suave y no frotar en exceso para evitar poder producir lesiones. Hacer especial hincapié en los espacios interdigitales, para que no aparezcan grietas por maceración.


Hidratación diaria. Debemos utilizar una crema hidratante de manera diaria, para evitar poder sufrir una deshidratación crónica de la piel. Esto podría provocar lesiones como dermatitis, o la aparición de mayor número de durezas, la puerta de entrada a la infección.


Sin embargo, nunca hay que aplicar la crema en los espacios interdigitales al ser zonas muy sensibles en las que el exceso de maceración puede provocar infecciones.


Corte de las uñas. El corte de las uñas debe realizarse siempre tras el lavado momento en el que las uñas están más blandas y limpias. Siempre con tijera de punta roma, para no cortarse, o lima de cartón.


Si no tenemos buena visión o buena movilidad, debemos acudir a una persona que nos ayude.


No debemos utilizar objetos cortantes ni abrasivos porque, debido a la pérdida de sensibilidad, tendremos dificultad a la hora de percibir las lesiones.


No debemos caminar nunca descalzos, porque los objetos punzantes que haya en el suelo pasarán desapercibidos para nosotros, en función del grado de neuropatía que padezcamos.


Compra de nuevo calzado. Debe ser siempre a última hora del día, cuando los pies se encuentran más hinchados. Y mejor tras haber dado un paseo. Debe cumplir algunas condiciones, tales como ser transpirable (de piel), blando y ligero pero con un contrafuerte (zona posterior) consistente, de suela antideslizante. El tacón, no superior a 2-3 cm.


La adaptación a una nuevo zapato o bota debe hacerse de manera progresiva para prevenir las lesiones por roces o presiones.


Comprobar el interior y la piel del pie tras haberlos usado un par de horas, para asegurarse de que no le está lesionando. Es preferible tener dos pares, para airear uno cada día.