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Cómo evitar que la mochila sea una carga para la columna

Llega la hora de equipar a nuestros hijos. He aquí algunos consejos para a la hora de elegir la mochila más adecuada para el transporte de los libros y material escolar de nuestros hijos.

 

Si pasamos cerca de un colegio a la hora de la entrada o salida de los alumnos, podemos observar a veces como algunos niños parecen mantenerse milagrosamente verticales aunque el tamaño de la mochila exceda la longitud de su espalda. Los carritos, además de transportar libros, suelen servir para hacer carreras, e incluso los más fuertes los usan como si fueren raquetas de tenis.


Como cada año por estas fechas, los padres empezamos a estudiar la oferta en los comercios y las distintas posibilidades que el mercado ofrece para el trasporte de los libros y material escolar de nuestros hijos. La vuelta al cole nos obliga algunos años (sino todos) a renovar carpetas bolsas, mochilas, carritos, etcétera... Útiles que facilitan el traslado diario de todo lo necesario para ir a clase.


Pero ¿sabemos elegir la mochila adecuada? ¿damos a nuestro hijo/a las indicaciones adecuadas para que la carga diaria no les afecte?


Todas las manipulaciones de cargas que se realizan, ya sean de forma puntual y sobre todo las realizadas de forma habitual, originan una serie de riesgos que deben ser conocidos y minimizados en la medida de lo posible.


Los riesgos de una manipulación incorrecta de las cargas, así como del exceso de la misma origina trastornos musculoesqueléticos en la columna vertebral, que dependiendo de la severidad y edad en que se produzca, pueden llegar a ser irreversibles.


Un exceso de peso en las mochilas de los menores. unido al tiempo que las llevan en la espalda, puede agravar u ocasionar agarrotamiento, diversos problemas musculares en el cuello (cervicales), hombros, área dorsal y lumbar, destacando la escoliosis o desviación de columna. Así mismo encontramos una sobrecarga a nivel de caderas y pueden llegar a aparecer incluso lesiones en los pies. En determinados casos  es capaz de afectar a la vida diaria y al rendimiento escolar.


A tener en cuenta

 

- Si la opción elegida es una mochila con ruedas, debe poder ser regulable en altura. Este tipo de mochilas es la mejor alternativa si se utiliza de forma adecuada, es decir, si el niño no tiene que levantarla frecuentemente para subir escaleras o correr.

 

- Son recomendables las mochilas con respaldo duro y ejes laterales.

 

- Los tirantes deberán ser anchos y acolchados, y llevarse siempre sobre los dos hombros. Deben colocarse lo más pegados posible a la espalda. La parte inferior debe quedar unos cinco centímetros por encima de la cintura.

 

- El peso de la mochila cargada no debe exceder el 10% del peso corporal del niño/a.

 

- Los objetos más pesados deberán colocarse, en forma vertical, lo más cerca posible de la espalda.

 

- Transportar a diario sólo el material imprescindible.

 

- Uso de taquillas en los centros escolares.

 

Otros consejos prácticos


A pesar de todo, no debe achacarse de forma exclusiva al uso de mochilas mal llevadas o demasiado cargadas para su edad la aparición de problemas de espalda en los niños. Aquí entrarían también las malas posturas, los antecedentes familiares, etcétera. A continuación realizamos una serie de recomendaciones complementarias para ayudar a la prevención y detección precoz de los trastornos de espalda:


Realizar ejercicio físico bien dirigido de forma periódica. Evitar el sedentarismo.


Evitar las malas posturas, como estudiar sobre la cama o excesivamente inclinado.


Mobiliario adecuado. Se recomienda que el mobiliario escolar sea regulable y las sillas con ruedas que eviten giros o torsiones de cuello innecesarios.


Cuidado con la postura. Cuando permanezcan sentados, los niños deberán apoyar la espalda en el respaldo y colocar la silla a una altura que le permita mantener piernas y brazos flexionados unos 90º y los antebrazos correctamente apoyados sobre la mesa. Puede hacerse uso de un atril para evitar flexiones de cuello y cansancio visual. Los elementos que más utilice deben estar situados en la mesa frente al niño/a.


Prevención. En los niños con antecedentes familiares de trastornos en la espalda, se recomienda un chequeo rutinario.