Reportaje

Tren ligero: ¿Listo para empezar el curso?

Tras los percances que el tren ligero ha sufrido desde su inauguración, realizada el pasado 27 de julio, en septiembre le llega la hora de la verdad: se acabaron las vacaciones y toca volver al trabajo. ¿Estará el metro a la altura de las circunstancias?

 

Es ya septiembre y la gran mayoría de los vecinos de Boadilla ha vuelto de sus vacaciones de verano. Toca volver al trabajo. Llega también el momento de comprobar el funcionamiento, con más pasajeros que los habidos durante el verano, de la recién inaugurada línea 3 del Metro Ligero a Boadilla del Monte.


Hasta ahora varios incidentes —incluso uno motivó que se tuviera que cubrir con autobuses el servicio en un tramo de la red— han deslucido el estreno de este nuevo medio de transporte.


También lo han hecho las quejas vecinales por las molestias —ruido en las calles, inseguridad en la circulación—  ocasionadas a quienes viven cerca de las vías (ver abajo Pros y contras).


Para poder paliar los problemas técnicos, el servicio se ha interrumpido, durante unas semanas por las noches hasta el pasado 24 de agosto. Se espera que, tras todos estos ajustes, todo esté preparado para la llegada masiva de usuarios en busca de un medio de transporte eficaz a la hora de sortear los atascos en las carreteras de acceso a Madrid o Boadilla. Ahí es precisamente cuando el metro ligero espera brillar con luz propia.


Desde el Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid estiman que este nuevo medio de transporte “reduce hasta en un 50% el tiempo que emplea un autobús en hacer el mismo recorrido diario en hora punta”.
De confirmarse esta afirmación, aún por demostrar en el caso de Boadilla, el trasvase de usuarios habituales de los autobuses al metro va a ser importante.


Es probable que tras varios ajustes técnicos y con la línea más rodada se consiga rebajar algo la duración del trayecto. Descenso que, sin duda, hará más competitivo y atractivo un medio de transporte que ha costado 210 millones de euros.


Reorganización del transporte


Por otra parte, el Consorcio de Transportes de la Comunidad de Madrid tiene aún pendiente otra importante actuación en Boadilla del Monte: la reorganización de todas las líneas de transporte que pasan por nuestro municipio para ajustarlas a la nueva realidad tras la llegada del tranvía. Los cambios es posible que se hagan durante el mes de septiembre. De momento, tan sólo ha habido una pequeña variación en el recorrido de la línea de autobuses 574 y se han ampliado los servicios de la 575 Boadilla-Brunete.

 

Pros y contras


El ruido. Los chirridos de las ruedas de los trenes en determinados tramos, el sonido de la campana machacando el oído continuamente... Las quejas de los vecinos no se han hecho esperar tras ver rota, con la llegada del tranvía, la tranquilidad de sus casas. Como la unión hace la fuerza, se está formalizando ya la creación de una Asociación de Afectados por el Metro Oeste (http://asociacionafectadosmetrooeste.blogspot.com/). De momento, la presión vecinal ha hecho que, desde el pasado 21 de agosto, no suene la campana de los trenes de diez de la noche a diez de la mañana, y de dos a cinco de la tarde los fines de semana. Ya hay quienes van más lejos y afirman que la solución a todos los problemas pasa por el soterramiento de las vías a su paso por las zonas habitadas.


Tiempo del recorrido. Emplear entre 33 y 35 minutos en recorrer la distancia que hay entre Puerta de Boadilla y Colonia Jardín (13,7 kilómetros), es mucho tiempo. Lo dicen los usuarios y hasta la propia presidenta de la Comunidad de Madrid. Paradas continuas por motivos de seguridad y en estaciones en zonas aún inhabitadas, un trazado urbano demasiado sinuoso... hacen que la velocidad media sea baja. La concesionaria confía en poder reducir el tiempo empleado en el trayecto. Algo necesario para ganar competitividad respecto al coche y el autobús.


Precio. No existe un precio reducido para los desplazamientos dentro de Boadilla: cuestan lo mismo que ir a Madrid. Hay que pagar un extra para poder enlazar con la red de metro de la capital (y a la inversa); y un billete nuevo para hacer trasbordo de la ML3 (Boadilla) a la ML2 (Pozuelo).


Frecuencia. Uno de sus puntos fuertes: un tren cada 6 minutos en hora punta.


Capacidad. Casi 200 personas en cada unidad.


Transporte limpio. Se mueve con electricidad.

 

El centro de control


Un total de 125 personas trabajan en la empresa Metro Ligero Oeste. De ellas, 55 son conductores, aunque esta cifra se elevará a 70 este mes en el que las dos líneas que la componen deben funcionar a pleno rendimiento con la entrada en vigor de los horarios habituales tras la temporada estival.


El corazón de todo este engranage, lugar desde donde se supervisa, durante las 24 horas del día, el funcionamiento de toda la línea, es el Centro de Control (en las imágenes). Está instalado en un pequeño edificio de oficinas junto a las cocheras de Metro Ligero Oeste, en la Ciudad de la Imagen (Pozuelo de Alarcón).


Desde ahí, dos reguladores supervisan el tráfico de cada línea. Uno lleva la de Pozuelo, y el segundo, la de Boadila. Tienen varios monitores enfrente. En uno controlan la posición de cada tren y ordenan el tráfico en las vías; en otro el estado de las catenarias; desde un tercero comprueban el estado de la red eléctrica... Y en las pantallas gigantes divisan escaleras y ascensores, vías, estaciones...


En un puesto a parte dividido en dos, está el vigilante encargado de la seguridad. Desde ahí tiene el control remoto de todas las cámaras instaladas en la línea, los torniquetes de acceso, ascensores y escaleras.


A su lado, está el responsable de atención al viajero. De él dependen los teleindicadores visuales de las paradas, la megafonía de las estaciones, las reclamaciones o la actualización de la web de la compañía.