Aunque el slackline es un deporte que surgió en Chile en los años sesenta, ha sido en los últimos años cuando se ha hecho más popular. Sus orígenes los podemos encontrar en otras disciplinas deportivas como el funambulismo, del que se diferencia porque este último se practica sobre un cable de acero y el slackline sobre una cinta plana de unos cinco centrímetros de ancho.
Hemos querido saber un poco más de este deporte y de aquellos que lo practican. Para ello hemos hablado con Rubén García, técnico en actividades físico-deportivas y que imparte entrenamientos personales en el Colegio Virgen de Europa o a omicilio, y que lleva practicando esta disciplina desde hace cuatro años.
“El slackline se podría definir como cuerda de equilibrio deportiva. Existen tres modalidades. Por un lado el trickline, que es lo que yo hago. Consiste en poner simplemente una cuerda tensa plana entre dos árboles, a una altura baja, y hacer trucos (piruetas, saltos…) sobre la misma. Se puntúa la dificultad de los trucos. Luego están –prosigue– los longlines, que se practica con cuerdas de más de 40 metros de longitud. Aquí no hay trucos ni piruetas, porque la dificultad reside en llegar de un extremo al otro. Al haber tanta cuerda, se destensa mucho y eso crea mayor dificultad. Y por último está el highline. En esta modalidad la cuerda se sitúa a más de 20 metros de altura. Es arriesgado y peligroso y requiere mucha concentración”.
Ejercicio, yoga, acrobacias
Y aunque parezca sencillo, se hace más ejercicio de lo que parece. “Es una práctica deportiva aeróbica, una especie de meditación en movimiento, pues permite posturas de yoga o acrobáticas. Es un deporte muy adictivo y divertido. No se ecesita un entrenamiento previo. Únicamente dos puntos de anclaje, la cuerda y un poquito de perseverancia porque al principio es difícil dar los primeros pasos y llegar al final”, nos cuenta Rubén.
Cómo empezar
Para empezar, las primeras sesiones se recomienda hacerlas descalzo para tener sensibilidad del pie con la cuerda. Una vez que se haya adquirido el suficiente equilibrio, ya se puede empezar a llevar calzado que recomienda con suela fina y plana. “Lo fundamental es alienar dedo gordo y talón y mirar siempre al final de la cuerda para no perder el equilibrio porque es un punto fijo”, aconseja Ruben. También es importante la posición de los brazos: “Tiene que ser lo más vertical posible, porque junto a las piernas, hacen de contrapeso para tener eje en el medio”.
Lo recomienda también para los niños “porque a nivel de coordinación, equilibrio, físico y emocional aporta mucho y sirve de base para otros deportes como por ejemplo, la escalada”.