Reportaje

San Babilés: Historia de un santo con fundamento

Mucho se ha especulado con la existencia o no del que, de hecho, es patrón de Boadilla. Pero el descubrimiento del yacimiento en el cerro al que da nombre la corrobora un poco más dando la razón a aquellos que, como la propia hermandad de San Babilés, siempre apostaron por esta tesis. Además, hay distintos documentos que lo avalan.

 

Cuenta Manuel Gómez Rodríguez, comisionado principal del archivo de la Hermandad de San Babilés, que a finales de mes celebra su fiesta grande, que la devoción por el Santo de Boadilla comenzó en vida, “pues no se explica si no que haya pervivido durante más de 1.300 años”. 

 

Y es que el martirio durante la invasión musulmana del que es patrón de nuestro municipio se remonta al siglo VIII. Se cuenta que en el calvario también perecieron dos de sus hermanos y 80 niños a los que enseñaba letras y doctrina cristiana. 

 

“Cuando San Babilés vino a esta zona, se instaló en Odón procedente de la Carpetania. Se le ha confundido con otro mártir, de nombre San Babilás, muerto en Antioquía. Parece que el nuestro fue obispo de Pamplona y Verona; algunos autores creen que por tradición. Buena parte de su historia llega a nosotros de boca a boca. Venerarle ha sido una constante que se palpa”, indica Manuel, un avezado y autodidacta historiador que dedica buena parte de su tiempo a esclarecer la historia del santo.

 

Manuel basa su trabajo en tres ejes: leyenda, devoción e historia. “Sobre la primera, se cuenta que vino a consolar a cristianos y cristianos mozárabes. Posiblemente, el lugar de culto fue la cripta semienterrada que ahora buscamos en el cerro”, detalla.

 

“Debió residir bastante tiempo por aquí para hacerse famoso, ya que a él acudían moradores de poblaciones aledañas para que enseñara a sus hijos. Se dice, además, que tenía poderes curativos y que sanaba hernias y quebrados”, añade. Sobre esto, la leyenda detalla que la ermita terminó arrastrando una basta tradición milagrosa: un noble del siglo XVIII donó una generosa suma para restaurar la capilla de San Agustín, en la ermita, tras sanar en ella, conforme recogen las Relaciones Topográfi cas de Felipe II, uno de los manuales seguidos por Manuel.

 

Más tarde, el malogrado heredero de Felipe IV, Baltasar Carlos de Austria, curó de una grave enfermedad, como narra Carlos Fisas en sus Historias de las Reinas de España. La Casa de Austria (1996), lo que daría lugar a “una dotación de 300 reales y seis maravedíes” para su sostenimiento. Los hechos también se refl ejan en las Descripciones del Cardenal Lorenzana.

 

Como un ‘vademecum’

 

Otro manual del que Manuel aún ha extractado más información es Santos de la Imperial Ciudad de Toledo y su Arzobispado, obra de referencia de 1651 escrita por Antonio de Quintanadueñas a instancias del Arzobispo de Toledo, en tiempos de Felipe IV. Fija la fecha del martirio el 30 de octubre del 717, más o menos como otros autores, con los que también coincide en el número de niños sometidos por los moros a calvario, que al parecer aconteció en la propia ermita.

 

Los restos de ésta, ahora localizados allí donde la hermandad siempre apuntó, están siendo descubiertos por un equipo arqueólogos, entre ellos un equipo de profesionales con larga tradición en el yacimiento de Atapuerca. “Incluso se está utilizando un georradar para no estropear lo que vaya apareciendo”, nos explica.

 

Manuel relata que también situaba el templo en esa misma zona la obra de 1668 del monje San Benito Población Eclesiástica de España y noticias de sus Primeras Honras

 

Otro autor en el que fundamenta la historia del santo es el jesuita Nicolás de Cousiño, confesor de Luis XIII de Francia, que relata el martirio del santo en Odón, donde vivía como ermitaño, en Corte Divina o Palacio Celestial de 1698.

 

Del impulso de la Hermandad de San Babilés por dar con los vestigios hay pocas dudas. Algunos de sus integrantes intentaron dar con ellos por su cuenta en los años setenta, lo que supuso multas y sustos. Pero el empeño de la institución ha dado sus frutos. De hecho, y aunque pocos lo saben, el trazado de la M-50 tuvo que desviarse para evitar pisar el cerro ahora en excavación.

 

Los primeros “de verdad”

 

Los trabajos ahora en curso son los primeros de carácter profesional y científico que se realizan. Cuentan con el apoyo del consistorio boadillense y con la estrecha supervisión de la Hermandad de San Babilés que, por cierto, parece que entierra su regulación hacia 1478, cuando se fundó la Inquisición. Sus normas contarían con todas las bendiciones del Prelado en 1580.

 

“Los actuales hermanos nos consideramos herederos de esta larguísima tradición –incide Manuel–, y además la propia hermandad vive un momento dulce por el multitudinario apoyo que recibe. Todo está a nuestro favor”, afirma.

 

Pero, ¿por qué excavar ahora? Manuel lo explica así: “Tiene mucho que ver el empuje del equipo de gobierno y su vocación por recuperar las tradiciones locales. La idea ahora es convertir el yacimiento en visitable como punto de atracción turística. El logro es de todo Boadilla, porque además estamos seguros de que la ermita es mucho mayor de lo que parece; se habla incluso de una basílica por dimensiones y planta. En solo dos meses hemos bajado un siglo únicamente limpiando y delimitando la zona. La excavación permitirá entender y conocer mucho mejor la historia de Boadilla desde la época visigoda (siglo VI)”, nos explica.

 

Y a buen seguro que así podría terminar siendo. Los primeros rastros hallados, incluso sepulturas y restos óseos, además de piezas cerámicas, están en un envidiable estado de conservación.

 

A partir de ahí, la intención del equipo de búsqueda es dar con el lugar de culto, con la parte habitacional donde se reunía el Cabildo y con una zona que se piensa fue industrial por la presencia de sendos hornos (uno de cal y otro más pequeño para vidrio), hecho inédito en esta clase de construcciones, probablemente abandonadas en la época de la Desamortización. De hecho, a juzgar por los restos hallados de piezas quemadas, en la zona habría hasta un secadero de cerámica. De momento, concluidos los trabajos preliminares, se está a la espera del informe del estudio de georradar. A partir de ahí, se verá el rumbo que toman los trabajos en el cerro.

 

MÁS INFORMACIÓN

www.hermandaddesanbabiles.com