Reportaje

La nueva vida de Terol

Tras dejar la alcaldía de Boadilla del Monte, donde sus ocho años al frente han dejado huella, Antonio González Terol aborda una nueva etapa profesional como vicesecretario del Partido Popular y candidato de nuevo por este partido al Congreso en las próximas elecciones.

 

Ocupa el despacho que anteriormente pertenecía a Pablo Casado, presidente del Partido Popular (PP), en la quinta planta de Génova 13, cuartel general del PP. Un espacio amplio, funcional, con una enorme pizarra en una de las paredes donde figura su agenda con las citas del mes, que son muchas y repartidas por prácticamente toda la geografía nacional.

Tras ocho años como alcalde de Boadilla del Monte, Antonio González Terol se ha centrado en su labor como diputado y, sobre todo, como miembro de la ejecutiva nacional del PP que preside Pablo Casado. En la estructura del partido, Terol es vicesecretario general a cargo del área de Política Local. Es decir, de todo lo que pasa en las agrupaciones regionales y locales del PP en España.

Vive a caballo entre Madrid y Boadilla, si bien la agenda que tiene hace que pare en casa prácticamente lo justo. Sus obligaciones como miembro de la ejecutiva nacional del partido, sobre todo, le mantienen viajando de acá para allá continuamente: visitando agrupaciones locales, alcaldes... “Es cierto que ahora estamos de nuevo en campaña, pero fuera de esto, veo a mi familia más que antes”, puntualiza.

Poder dedicarle más tiempo a su familia fue uno de los motivos de no volverse a presentar a la alcaldía de Boadilla.

Centrado como hemos dicho en los preparativos de la campaña de las generales del 10-N [aunque se podría decir que él siempre está en campaña], nos hemos acercado a verle para qué nos cuente cómo le va en esta nueva etapa dentro del PP y más centrado en la política nacional.

¿Echa de menos Boadilla?Pues la verdad es que mis ocho años en Boadilla como alcalde han sido ocho años maravillosos de gestión, de trabajo y de vida familiar. Echo de menos el contacto directo con los vecinos, que se pierde en la política nacional, donde debates temas muy importantes para la ciudadanía, pero tienes la tentación de perder la perspectiva del contacto directo con el ciudadano.

Gran parte de lo que soy políticamente se lo debo a Boadilla del Monte y a los vecinos.Me ha marcado mucho. Para mí Boadilla es motivo de orgullo. Cuando voy fuera de Madrid, la gente me reconoce más como el alcalde de Boadilla. No como diputado. Mucha gente me sigue en las redes sociales y les ha gustado esa impronta que yo marqué de transparencia, de gestión, de hablar con todo el mundo, de estar en todos los lados... Algo que le he inoculado tanto al nuevo alcalde como a los concejales de la nueva corpo- ración, que creo están haciendo un trabajo magnífico.

Tengo también la tranquilidad de que haya ganado las elecciones un equipo continuista integrado en su mayoría por concejales que trabajaron conmigo, con experiencia... lo que redunda en el bien de Boadilla.

Su compañero y sucesor en la alcaldía, Javier Úbeda, ¿le llama para pedirle consejo? Bueno, hablamos a menudo. Si me piden consejo, yo doy mi opinión, pero no me meto en su gestión. Eso sí, soy incorregible y si voy por una calle y veo algo que está mal... un parque sucio, un banco roto; se lo digo a él o a los concejales. En privado, pero se lo digo. Como vecino o ciudadano, no puedo dejar de hacerlo. Ellos ya saben cómo soy yo.

Durante sus ocho años como alcalde, el municipio ha experimentado grandes cambios... Ha hecho más incluso de lo que se propuso. ¿Se le ha quedado alguna espina clavada?Bueno, supimos dar la vuelta a las cuentas y convertir un municipio que era insignia de la corrupción en un ejemplo de gestión, sin deuda, uno de los más seguros de España...

Me hubiera gustado inaugurar el tercer polideportivo de los tres que me encontré sin terminar. Finalizamos el Rey Felipe VI, el BeOne e iniciamos las obras del Condesa de Chinchón. Trabajos que, por problemas técnicos, no se pudieron terminar en mi legislatura. Me consta que esta obra se ha reiniciado o reiniciará en breve y estará terminada en los próximos cuatro años.

¿Y se siente orgulloso de... ?Quizá lo mas satisfactorio es haber podido rehabilitar muros, fachadas, portones, sala de música, huertas, jardines... del Palacio del Infante don Luis. Y sobre todo dotarlo de contenido cultural para que aquello que solo había sido visitado por unos pocos durante 250 años estuviera de verdad a disposición de los vecinos de Boadilla del Monte y los visitantes.

Como diputado en el Congreso (lo es desde 2015), le ha tocado vivir una época política un poco revuelta ¿no? Sin mayorías parlamentarias claras, legislaturas que no se agotan... Pues sí. En cuatro años, estas van a ser mis cuartas elecciones generales [2015, 2016 y dos en 2019].

He vivido también dos mociones de censura... Me he llevado un gran desengaño con la nueva política. Vino a reformarlo todo y la realidad es que nada ha cambiado a mejor debido a la inestabilidad política, la fragmentación política, la intransigencia...

Creo que necesitamos volver a la concordia y el clima con el que nos pudimos dar una Constitución, recuperar el diálogo y el consenso político entre las grandes fuerzas políticas.

Sorpréndanos: ¿algún compañero o compañera de otro partido con el que se lleve bien en el Congreso? No voy a dar nombres, pero tengo magníficas relaciones con diputados del partido socialista, con diputados de Ciudadanos y de Vox. O con gente de Podemos. Cerrar las puertas a todos, incluso a los adversarios políticos más extremos, yo creo que es un error. Me siento cómodo con todos aquellos que respetan la unidad de España, la libertad, la Constitución.

En el Congreso hay alcaldes y exalcaldes. ¿Une haber sido alcalde?Mucho. Es más, lo bueno de los alcaldes, aún siendo de distinto signo político, es que hablamos otro idioma y nos entendemos. Nos presentamos por un partido, pero luego nos convertimos en alcalde de todos los ciudadanos.

También ayuda mucho a tener una visión más responsable a la hora de decir determinadas cosas en la cámara alta. Por ejemplo, hay partidos que piden que desaparezcan las diputaciones o se fusionen municipios... Nadie que haya vivido en un municipio pequeño te dice esa barbaridad.

¿Se atreve a aventurar cómo quedará el escenario político tras el 10-N?Creemos que vamos a ganar las elecciones y que no es invariable aquello de que el PSOE no pueda ser superado por el PP. Si nos guiamos por las encuestas, no paramos de crecer; y el resto de los partidos, decrecen a un ritmo u otro. Si el PP tiene un escaño más que el PSOE, en España habrá un gobierno presidido por Pablo Casado. Un gobierno de acuerdos y capaz de generar crecimiento económico y empleo y que garantice la unidad del Estado.