Reportaje

La iglesia de San Cristóbal, abierta de nuevo

Han pasado más de nueve años desde que se cerró, por peligro de derrumbe, esta joya arquitectónica del siglo XIII de origen mudéjar. Abre sus puertas tras una profunda rehabilitación que ha durado tres años. El resultado: un templo que luce una nueva cara.

 

Ha perdido el peto de almenas que coronaba su fábrica, el coro de la nave principal, el yeso que cubría parte de las paredes... En general, todos aquellos añadidos realizados al edificio pero que “no aportaban nada especial”, explica José Ramón Duralde, arquitecto encargado de los trabajos de restauración de la iglesia de San Cristóbal.

 

Sí se ha mantenido la capilla barroca –mandada construir por los fundadores del Convento de las Carmelitas y concebida como un templo en miniatura, con su cúpula y chapitel – o la galería exterior de arcos, levantada por la Dirección General de Regiones Devastadas después de la Guerra Civil.

 

La parte más antigua del edificio es su nave mudéjar y la torre, que muestran paramentos con aparejo toledano.

 

Los trabajos de restauración realizados durante los últimos tres años en la iglesia de San Cristóbal han devuelto al templo su origen mudéjar. Rasgos que fueron quedando ocultos tras los añadidos que se le han ido haciendo a esta edificación de estructura románica, pero que, para sorpresa de los restauradores, han ido apareciendo a medida que los trabajos avanzaban.

 

Hallazgos durante la restauración

 

Durante las obras encontraron restos de frescos y vidrieras tapiadas de gran valor, por lo que hubo que ampliar el presupuesto inicialmente previsto para proceder a su estudio y restauración de estos hallazgos.

 

Se ha descubierto que los muros de las estrechas naves laterales eran más bajos de los que hoy vemos, que lo ladrillos de los arcos se picaron en el siglo XVII “para adaptarlos a la moda barroca, lo que ha dificultados los trabajos de consolidación”, tal y como nos cuenta José Ramón Duralde. O que la cabecera actual es una añadido o ampliación de la original.

 

La Iglesia se encontraba en un estado lamentable de conservación por el mal estado de las cubiertas en todos los cuerpos del edificio, con algunas dependencias hundidas, lo que permitía la entrada del agua de lluvia. Así se fue estropeando la madera y el edificio quedó en estado de ruina, lo que obligó a su cierre.

 

Una inversión de 1,7 millones de euros


Tras tres años de trabajo y una inversión de 1,7 millones de euros –pagados a medias por el Ayuntamiento de Boadilla y la Diócesis de Getafe–, el templo se reabre al público y al culto (habrá misa ahí todos los domingos y festivos a las 19.00 horas). Se han restaurado todas las cubiertas, carpinterías, solados... Se han reparado los muros, se ha eliminado el coro (no era original) y se ha actuado sobre el exterior, mediante un cerramiento y la creación de un nuevo ajardinamiento.

 

La Diócesis se encargará de su mantenimiento y el Ayuntamiento podrá disponer del conjunto histórico para organizar ahí actos culturales en coordinación con la Diócesis.

 

Inauguración

 

La inauguración oficial fue el pasado 22 de junio. A la misma asistieron el obispo de Getafe, Joaquín María López de Andújar; el director de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; el alcalde de Boadilla, Juan Siguero, los concejales de la corporación y, sobre todo, muchos vecinos. Ellos tampoco quisieron perderse la apertura de la que siempre fue la iglesia de referencia de Boadilla del Monte, porque es ahí donde se casaron, bautizaron a sus hijos...