Reportaje

Juan Robles: la pasión en cada tecla

Con un talento innato para la música, este joven pianista, hijo también de músico, se ha especializado en psicología musical. Su vida es un no parar entre colaboraciones con otros músicos y cantantes, su propia banda, su proyecto de investigación en la Universidad...

 

Desde pequeño comenzó a demostrar un talento innato para la música, algo que viene de familia, pues su padre también es músico. A los dieciséis años, debutó como pianista de ensayo en la primera edición en España del musical de Queen. Desde entonces, ha seguido formándose en distintos estilos y basta con verle tocar para apreciar la pasión que pone en cada nota.

 

Juan Robles (28 años) es un prometedor talento de la música, además de doctor en Psicología Musical, una forma de unir sus dos pasiones y que le lleva a dar conferencias sobre la relación de ambas disciplinas. Su agenda está llena de proyectos y colaboraciones con otros músicos, cantantes...

 

¿Cuándo empezó a dedicarse a la música y más concretamente al piano? La música ha estado siempre presente en mi vida desde que nací. Mi padre es músico y siempre había música en mi casa. Empecé a estudiar aquí, en la Escuela de Música de Boadilla, y posteriormente en el conservatorio de Majadahonda. He ido completando mi formación en varios sitios, tanto en la música clásica como en otros estilos como el jazz.

 

¿En que proyectos está metido ahora? Pues tengo varias historias (ríe)… Estoy acompañando a varias cantantes a dúo, también a dos cantantes cubanas que han venido hace poco y tienen temas propios muy interesantes. Acompaño al guitarrista Ricardo Ramírez del conservatorio de Majadahonda, con quien hago temas clásicos y fusión con el jazz. Tengo también un grupo de rock llamado V de ventresca, con el que tocamos mucho por la zona; con una cantante hago música francesa; he formado un trío que interpreta temas míos y, por último, con el violinista Manuel Clavijo interpretamos temas de jazz.

 

¿Y cómo se organiza? (Risas otra vez). Hombre, es complejo, pero tampoco me supone mucho cansancio porque desde siempre he estado acostumbrado a hacer muchas cosas y tener que sacar tiempo para todo. Cuando estudiaba, tenía que ir al conservatorio, luego a la universidad y, entremedias, tocar con distintos grupos. Así que llevo mucho tiempo acostumbrado a este caos aparente. También me organizo en función a los conciertos que van salido, así que siempre hay semanas más complicadas que otras. El caso es que me gusta mucho lo que hago y eso hace más fácil buscar tiempo para tocar con unos y otros.

 

Además de música, ha estudiado psicología. Sí, soy psicólogo y doctor en Psicología Musical. Soy experto en cómo funciona la música sobre el cerebro, las emociones, la personalidad... Imparto conferencias sobre la relación entre música y psicología. Hasta ahora, por suerte, lo he podido complementar bien.

 

¿Le gustaría trabajar de psicólogo? Es un trabajo que todavía no he buscado específicamente, aunque es una disciplina muy presente en mi día a día. Estoy haciendo un trabajo de investigación, esperando obtener una plaza en una universidad –es complicado, pero tengo posibilidades–. Y también relacionado con la psicología, participo en un proyecto con la Sociedad Española contra el Cáncer para hacer un trabajo sobre musicoterapia y cáncer.

 

¿Cómo ves la música en España? Como decía Federico Sopeña en una entrevista, las salidas de un músico en este país son tres: por tierra, mar y aire. Aquí siempre ha sido difícil ser músico y vivir de ello. Y la crisis ha empeorado mucho más las cosas. Pero el pesimismo tampoco ayuda a salir adelante, así que más que recrearse en lo malo, éste es un momento para poner ilusión, generar ideas y, sobre todo, diversificarse: Yo creo que si lo haces y apuestas por lo que crees, acabas triunfando.

 

¿Qué le parece Boadilla en cuanto a calidad de vida y nivel musical? Me gusta Boadilla, pero la realidad es que no hago mucha vida aquí porque la mayor parte de mi trabajo está en Madrid. Es un pueblo que quiero mucho porque crecí aquí. Es un lugar en el que la presencia de la música ha ido en aumento. Hay un auditorio muy bueno, salas y bares que ofrecen conciertos, una Escuela Municipal de Música que contribuye a su vez a crear cierta tradición de músicos y gente que se va interesando cada vez más. El verano pasado ofrecí un concierto con una cantante en la explanada del palacio y me encanto el sitio y el ambiente que se respiraba.

 

¿Cómo se ves de aquí a unos años? Pues como ahora, pero con más experiencia y proyección. Me gustaría tener un poco más de estabilidad, trabajar compaginando la docencia y la investigación con mis proyectos musicales. No quiero cambiar la línea que he seguido hasta ahora porque disfruto cada día con lo que hago que, en definitiva, es lo importante.

 

¿Dónde podremos verle este mes? Tengo varias citas e invito a todo el mundo que quiera venir a pasar un buen rato. El día 6 de marzo estaré el sala Collage Drinks and Arts haciendo mi música con mi trío a las 20.30 horas; el día 14, en el Café del Cosaco, con Isola Hurtadom, a las 22.30. Y en el mismo sitio, y a la misma hora, el día 21, con Melli Music Project.