Reportaje

José María Bandera, un maestro de la guitarra flamenca

Este vecino de Boadilla se ha paseado por los mejores escenarios del mundo y ha trabajado con figuras de la talla de Manolo Sanlúcar, Vicente Amigo, Raimundo Amador, Sara Baras, Antonio Canales... Lleva la guitarra flamenca en la sangre. No en vano procede de una familia de grandes artistas: su tío es Paco de Lucía. Recuperado de una dolencia que le ha tenido apartado de los escenarios durante el último año, ha aprovechado para componer, preparar un disco y un nuevo espectáculo.

 

Se define asimismo como músico. José María Bandera nació en Algeciras y es uno de los guitarristas flamencos más reconocidos del panorama nacional. Comenzó a tocar la guitarra con nueve años de la mano de su abuelo, Antonio Sánchez, guitarrista autor de la mayoría de las letras de Camarón.

En casa todos tocaban: sus tíos –Ramón de Algeciras, Pepe de Lucía, Paco de Lucía–, su madre cantaba… así que no es de extrañar que lleve el flamenco en la sangre. Tiene un hijo de cinco años (Pepe) y se vino a vivir a Boadilla del Monte en 1991. “Desde mi estudio, en la calle Ronda, veía entonces el campo, conejos, perdices…”, recuerda. También cómo le asustó la llegada de las hormigoneras y camiones a finales de los noventa en los albores del boom urbanístico que vivió nuestro municipio, “pero al final esto sigue siendo un municipio tranquilo con la ventaja de que ahora hay más servicios que cuando me vine a vivir”.

Reconoce que siempre paró poco por aquí hasta hace algo más de un año, cuando se rompió una vértebra de un resbalón en casa. “Apenas he parado de trabajar. Llegaba a casa, deshacía una maleta para hacer otra y partir”. Siempre viajando de un lado a otro. No en vano, ha tocado en los teatros mas importantes del mundo como el Metropolitan de Nueva York, la Opera de Sidney, el Royal Albert Hall de Londres, el Bunka Kaikan de Tokio, el Teatro Real, en Madrid, el Champs Elysses y sala Pleyel de Paris, el Liceo y el Palau de la Musica de Barcelona…

Fue a los 18 años cuando decidió dedicarse a la guitarra. “Estaba estudiando en Sevilla Ingeniería Industrial. Saqué el primer año, pero el segundo fue ya un desastre. Todo mi entorno me decía ‘¡qué!, ¿te vas por lo fácil, estudiar, en vez de tocar la guitarra?”. 

Para su familia fue un drama que abandonara la universidad. “Ten en cuenta que mi abuelo tocaba la guitarra en las fiestas de los señoritos, lo que hacía por necesidad cuando no sacaba dinero suficiente del puesto de frutas y verduras que tenía. Así que la guitarra tenía en casa ciertas connotaciones negativas”, nos explica. Pero pudo más la presión de su entorno que la propia familia.  

Más de 4.000 funciones

Así empezó a tocar en los colegios mayores, fiestas, tablaos... En 1985 se asentó en Madrid y empezó a trabajar en el tablao Los Canasteros. De ahí saltó al Ballet Nacional de España, donde estuvo diez años. En 1989 se va con Paco de Lucía y Juan Manuel Cañizares al espectáculo Solo-Dúo-Trío para tres guitarras, donde realiza más de doscientos conciertos en tres años. Con su tío ha trabajado en distintas ocasiones y con él mantiene una relación muy estrecha. “De vez en cuando viene por aquí a grabar y nos pasamos todo el día juntos”.

Trabajó ocho años con Sara Baras –“hice con ella más de 1.700 funciones”–, de la que fue director musical de su espectáculo. “He podido hacer más de 4.000 galas entre una cosa y otra, algo que muy pocos artistas pueden decir”, nos cuenta. También ha grabado música para publicidad, vídeos, compuesto para otros... En definitiva, no ha parado.

Su primer disco

¿Una carrera privilegiada? “Sí, he sido un privilegiado porque no he parado de trabajar. Sin embargo apenas he podido componer o grabar un disco, algo que continuamente me recriminan mis compañeros de profesión. Y ya no lo puedo dejar más, tengo que sacar el disco porque me están dando la grande todos los días”. Es por ello que tras la lesión en la espalda ha aprovechado este parón para trabajar en su disco, que próximamente prevé tener listo.

Nuevo espectáculo

También ha retomado el espectáculo de temás clásicos, jazz y flamenco que preparaba con el guitarrista de Barbate Tito Arcedo y el percusionista José Ángel Cepillo, y que tuvieron que suspender tras su accidente. “Queremos moverlo por los festivales internacionales que hay en todo el mundo y aquí. Estamos preparando el material promocional para hacerlo”.

Entre sus sueños, figura también tocar en solitario “despues de una vida tocando para unos y otros”. Algo que ya hace en el trío con Arcedo y Cepillo.

Y ser de la familia Lucía, ¿ayuda? “Me ha ayudado porque gracias a eso tengo una formación muy fuerte que no han podido tener otros guitarristas cuya familia no se dedica a esto”, reconoce. Y aclara a continuación: “¡Pero claro, si tú no vales, llegas a un Ballet Nacional y a la semana te dicen hasta luego! Para tocar con Paco, si no tienes su nivel, da igual que seas su sobrino o lo que tu quieras, porque no te coge”.

Y es que el mundo de la guitarra reconoce que es muy duro. “El nivel de la guitarra en España es tan alto que tienes que ser un esclavo si quieres vivir de esto. Y parte de la culpa la tiene Paco [por su tío]. Hay muchos guitarristas de muchísimo nivel en España. Somos los primeros en el mundo”.

Llegar tan alto supone un esfuerzo contínuo. Tras el parón de este año, José María Bandera ha ido recuperando horas de estudio – “lo que me permite la espalda”, dice– interrumpidas por los paseos por el Monte de Boadilla. “Estudio dos o tres horas, hasta que la espalda me aprieta. Descanso y me doy un paseo. Luego sigo otras dos o tres...” Pronto volveremos a verlo en los escenarios.