Reportaje

Guitarsteel: un grupo de jóvenes que vienen pisando fuerte

Con apenas quince, dieciséis años de edad, los chicos de Guitarsteel vienen pisando fuerte dispuestos a romper con lo establecido y revivir los sonidos del rock y del heavy metal de la vieja escuela.

 

Merece la pena escucharlos para ver el nivel de dedicación y esfuerzo que ponen en elaborar sus canciones. Este año sacan su primera maqueta. Confiesan que el secreto de su éxito no es otro que tener constancia y realizar un trabajo diario más allá de los ensayos. Hemos querido saber más de este grupo de jóvenes boadillenses unidos por una única pasión: la música.

 

Lo primero; ¿cómo os conociste y llegasteis a formar el grupo? Víctor: Pablo y yo nos conocemos desde muy pequeños. A los siete años, sin tener mucha idea de tocar, formamos un grupo llamado Guitarra inoxidable y nos juntábamos en nuestra urbanización con guitarras españolas a tocar lo que podíamos. Tras un periodo separados, a los 11 decidimos darle una vuelta al grupo y empezar a tocar más temas de rock y cambiamos el nombre a Guitarsteel.

 

Y sigue Pablo: Yo empecé a ir a clases de guitarra en la escuela de música Pulso, y allí es donde conocí a Carlos, nuestro actual bajista. En 2013 empezamos a tocar ya en Boadilla. Nuestro primer concierto fue en el instituto Ventura Rodríguez y fue una experiencia increíble. Después de ese concierto, el batería que teníamos se fue y entró hace poco José. Desde entonces, cada vez sonamos más como nos gusta y nos esforzamos por ser mejores cada día.

 

¿Cuántos conciertos habéis hecho? V: Fuera de Boadilla solo uno, pero en el municipio unos tres. Aunque ya tenemos apalabrados tres conciertos para el centro dentro de poco y pretendemos sacar una maqueta para principios de abril.

 

Siendo todos menores de edad, ¿es fácil encontrar sitios para tocar? V: La verdad es que no. Sobre todo por la confianza... Cuando hablas con el dueño de un local, en un adulto confía, pero en cuatro niños… Somos bastante jóvenes (tienen entre 15 y 17 años). Cuando tocamos en Madrid tuvimos que hacer pocas canciones, cinco o seis, para que no se enterase mucha gente de fuera del local que estaban tocando menores. Y aquí en Boadilla es imposible. Fuera del Boajam y alguna cosa puntual más, no hay sitios para poder tocar. 

 

¿Cuánto tiempo lleváis tocando? V: Juntos, poco tiempo, medio año. Carlos, Pablo y yo, tres años. Y separados, yo llevo tocando la guitarra desde que tenía 4 años, Pablo y Carlos guitarra y bajo desde los 11 años, y José casi dos años con la batería. Lo bueno de la formación actual es que estamos todos muy unidos, salimos siempre juntos y además este año vamos todos al mismo instituto. Ensayamos todos los fines de semana sin falta. Si alguno no puede el viernes, se cambia al sábado. Pero tenemos una rutina y tratamos de cumplirla siempre.

 

¿Todos los temas que tocáis son vuestros? P: La mayoría sí. Hacemos bastantes versiones, pero también componemos mucho. Normalmente Víctor compone la melodía o las letras, las trae al ensayo para que lo veamos y cada uno vamos aportando nuestra idea y dándole forma entre todos.

 

¿Qué grupos os inspiran a la hora de tocar? V: Ufff… la verdad es que es difícil, va mucho por temporadas, y según esas temporadas, aprendemos una cosa y lo incorporamos a nuestro repertorio y entonces se fusiona todo. Pero bueno para resumir nuestras influencias son de música metal en general, Rock, Thrash y un poquito de Glam.

 

¿Cómo os veis de aquí a unos años? V: Creo que hablo en nombre de todos cuando digo que todos queremos ganarnos la vida con esto, la música. Cada uno tiene una aspiración pero todos tenemos en común esa, la de vivir de la música.

 

Como jóvenes de Boadilla ¿qué creéis que le falta al municipio? V: Para empezar, en relación al tema de la música, lo que hace falta es que se mejoren los locales de ensayo y que se permita tocar en más sitios, no solo en el BOAJAM, porque si no, al final, nos tenemos que ir fuera a buscarnos la vida. También nos gustaría que hubiera sitios para los menores, no solo la casa de la juventud. Algo así como un bar que abriera por la tarde sin bebidas alcohólicas ni nada solo para los jóvenes, con buena música, donde pasar el rato y poder tocar.