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Virna Sideri, una motera siguiendo su camino

La afición a la moto le viene desde pequeña, aunque no ha sido hasta hace cuatro años cuando lo convirtió en su proyecto. Para esta “motera en autodescubrimiento”, cada día en la carretera es una aventura. Experiencias que comparte en las redes.

 

Nació hace 37 años en Toledo, donde residió en un pequeño pueblo, y es vecina de Boadilla del Monte desde el año 2002. Estudió mecánica y la moto fue siempre el sueño prohibido en la familia. Hasta que hace cuatro años llegó el momento y convirtió esa pasión que llevaba dentro en su “proyecto”.

Aunque su primera opción era hacerse con una de 125 cc, apostó por una Honda CB 500, más grande y potente, y a la que llama “la avispita”. Con ella encontró un espacio seguro en el que disfruta cada momento libre descubriendo carreteras y parajes por esta España infinita de rincones interesantes. Experiencias y lugares remotos o especiales que comparte en su Instagram.

¿Qué es para ti la moto? Lo es todo... Me aporta mucho. Hay gente que dice libertad, pero para mí es más que libertad... ¡es plenitud! Sí, te da libertad, te hace sentir libre, pero una curva te la puede quitar. Puede ser la experiencia más maravillosa, pero también el sitio en el que encuentres la muerte.

Y eso es curioso, porque la moto es mi sitio seguro cuando es el sitio mas inseguro que hay. De ahí que me gusta hablar más de plenitud. Un espacio donde encontrarte contigo misma, de evasión y escape a un día duro... Son ganas de soñar. Puedo reír, puedo llorar, puedo gritar, puedo cantar... ¡Todo! ¡Y sí, es peligrosa! Hay que tener mucho cuidado e ir protegido.

¿No te da miedo? No. Pero es verdad que ahora, que lo vivo tan de cerca, no me gusta ir de paquete.

Con la moto tienes que tener todos los sentidos puestos en todo momento. Me saqué el carné en la pandemia y luego hice un curso de conducción con Chicho Lorenzo (padre de Jorge Lorenzo). Ellos te enseñan técnicas de pilotaje. A tener, por ejemplo, una buena frenada, capacidades de esquiva para salir de una situación comprometida en la carretera. O reacciones de superviviencia para controlar que no te pueda el miedo ante un peligro y saber buscar la salida a ese peligro.

¿Y de dónde te viene la afición? ¡Eso se pregunta mi padre! No entiende de dónde me viene. Les da miedo, pero ven que es lo que me hace feliz...

¿No estás en ningún club de moteros? No. ¡Soy motera antimotera! Me gusta salir sola e improvisar sobre la marcha. Seguir mi camino.

Sí me gustan algunos eventos organizados en los que he participado, como la Quijote Rider, la Silent Route, o Panaroadbook, con los que colaboro en eventos enfocados al campo tanto de las dos ruedas como el 4x4. Están muy bien porque conoces a gente como tú, zonas nuevas de España. Son concentraciones también pequeñas (no más de 300 participantes), que se desarrollan en entornos naturales...

Pero en general, salgo sola cuando puedo y me apetece, paro donde me apetece. Incluso a veces pierdo la noción del tiempo y como cuando es casi la hora de la cena. Si son varios días, reservo a lo mejor la primera y segunda noche en un punto, y el resto, voy viendo. Así fueron mis últimas vacaciones.

¿Tu sueño? Tener la moto es ya el sueño cumplido. ¡Pero el sueño de todo motero es tener más de una en el garaje! ¡Y cambiar esta porque me duele todo el cuerpo de viajar con ella! Ja, ja,ja. Y por qué varias motos... Bueno, porque también me gustaría hacer campo, que con la avispita no puedo hacer mucho. Pero bueno, si fuera realmente soñar a lo grande, me gustaría vivir por y para la moto, que mi vida girase entorno a ella.

 

Instagram: @vir_leo_rider