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Rafael Urías: Un tipo con imaginación

 

Hace cuatro años comenzó un libro –cuento lo llama, aunque en realidad es un relato novelado glosado en poco más de 100 páginas–, mitad autobiográfico mitad imaginado, que ahora, en 2011, ha terminado. Hasta ahí, todo normal.

 

Exceptuando que cuando se puso manos a la obra, Rafael Urías (Madrid, 1995) contaba 12 años, y que cuando Los años de la infancia –publicado por Grupo Literario Troquel como recompensa de su abuela (y mecenas), la periodista y poetisa Carmen Silva– ha recalado en sus manos, apenas sí había cumplido los 16 que tiene ahora. Un sueño hecho realidad.

 

Rafa, vecino de Boadilla del Monte desde muy pequeño, acaba de terminar ESO tras una etapa académica “algo convulsa” –“no soy un gran estudiante”, confiesa– y se prepara para vivir una nueva experiencia en Estados Unidos, donde cursará estudios el próximo año. Antes, hemos querido acercarnos a este chaval de mirada pícara, al que le gusta leer y le gustaría ser leído, para saber cómo es eso de alumbrar un libro a tan corta edad.

 

¿Habías escrito algo antes de Los años de la infancia? Unos 20 cuentos no publicados que enseñaba a familia y amigos. También guiones –doscientos nacidos de “épocas gamberras”– para series de televisión que me han servido para evadirme antes de regresar feliz a la realidad.

 

¿Qué temáticas prefieres? Sobre todo la adolescencia –eje de su libro–, la fantasía, temas surrealistas…

 

En las páginas de Los años de la infancia, Rafa proyecta una etapa de su vida que prologa como “mezcla de realidad y fantasía, más feliz que desgraciada”. El primer capítulo es autobiográfico; el resto parte de vivencias antes de dejar volar la imaginación. El libro ha sido editado con una tirada de 150 ejemplares que su abuela le anima a distribuir por las librerías locales. De momento, ya figura en la biblioteca del hasta ahora su colegio, el Quercus. Rafa también quiere venderlo a través de su dirección de email: rafa_voldemorta@hotmail.com

 

¿Qué te inspira? Mis vivencias, en especial en el mundo de los adolescentes.

 

¿Has vuelto a escribir? Por cierto, ¿has triunfado con el libro? No, lo terminé hace poco. Releyéndolo, el final no encajaba y tuve que rehacerlo antes de llevarlo a imprenta. Entre medias han llegado los exámenes … Sobre lo de triunfar, mis amigos se sorprendieron al verlo –su elaboración ha sido casi secreta–, nada más.

 

Me sorprende la cantidad de tacos que hay en el libro. ¿Así habla la gente de tu edad? ¡Y peor! Había más, pero mi abuela –una de las editoras– lo rebajó mucho.

 

¿Cómo ves a la gente joven? ¿Tenéis ilusión? ¿Da juego Boadilla para la juventud? Con 14 o 15 años, la mayoría sólo quiere fiesta, chicas, juerga… El libro es una versión light de todo ello. Pero no hay mal corazón. Y sí, la gente tiene ideas, ilusiones y proyectos. En cuanto a Boadilla, me encanta para vivir, pero creo que de mayor probaré a hacerlo en Madrid. Aquí conoces a todo el mundo, siempre hay un parque o un balón a mano… Pero para salir de marcha, preferimos Madrid porque aquí no hay opciones. Además, el Metro Ligero nos ha cambiado la vida. De Boadilla no cambiaría nada; añadiría cosas.

 

¿Qué lees en la actualidad? La saga de Los juegos del hambre. ¿Lo conoces? El primero es buenísimo, para releerlo, algo que no suelo hacer.

 

¿Te gustaría dedicarte a escribir profesionalmente? Claro. Los hay que sueñan con ser futbolistas. Yo incluso he pensado en ser actor, y me gustaría escribir libros, guiones de cine y televisión…