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Juan Abarca Campal: una vida entregada a la cirugía

Entrevista con el doctor Juan Abarca Campal, fundador y consejero delegado del grupo Hospital de Madrid.

 

El doctor Juan Abarca Campal (Ciudad Rodrigo, 1944) es uno de los pioneros de la medicina privada en España. Este cirujano y teniente coronel del Ejercito del Aire fundó en 1988 el Hospital de Madrid, grupo al que pertenece el Hospital de Montepríncipe de Boadilla del Monte.

 

A sus 63 años, cuatro hijos y cinco nietos, acaba de publicar Cinco litros de sangre. Memorias de un cirujano y empresario de la medicina privada (JdeJ Editores, 2007). El volumen recoge su visión de lo que debe ser la sanidad pública y privada –con la libertad como premisa– y, sobre todo, repasa con detalle todas sus vivencias a lo largo de toda una vida dedicada a la cirugía y la medicina acompañado por su mujer, la doctora Carmen Cidón, “alma de la empresa”. “Yo he puesto las ideas, pero sin Carmen no existirían”, asegura.

 

Su último logro conjunto es la inauguración, presidida por la Reina Doña Sofía, del Centro Oncológico Integral Clara Campal (en honor a su madre). Un centro que se sitúa entre los mejores de España en la lucha contra el cáncer.

 

¿Asignaturas pendientes? Ninguna.

 

¿Y algo de lo que se sienta especialmente orgulloso? De que mis maestros consideren, aunque yo no lo comparto, que he sido mejor que ellos.

 

¿Desde cuándo está vinculado al mundo de la medicina? Desde pequeño. Con algo más de diez años iba con mi primo por los pueblos, ayudándole en las operaciones con los separadores [instrumental para mantener separada la piel en las operaciones].  Mi padre quiso que fuera militar, y mi madre, médico. Opté por hacer ambas cosas justo antes de partir a al Academia de Zaragoza. Fue la primera gran decisión que tomé en mi vida.

 

¿Es compatible la cirugía con la gestión de la empresa? No. En 1992 dejé de ejercer como cirujano. O eres cirujano o eres empresario. Aunque como empresario de la salud mi máxima es buscar la curación del paciente y lo mejor para él aunque no sea rentable. Ya se compensará con otra cosa.

 

¿Cómo nació el Hospital de Montepríncipe? Lo abrimos, no sin dificultades por todas las trabas que nos pusieron, en 1998. El edificio estaba pensado para albergar una residencia de ancianos de lujo, pero nunca llegó a abrirse. Lo vi en 1987, pero no pude comprarlo. Posteriormente me lo ofrecieron por casualidad, y lo compré. Es un centro que ha marcado un antes y un después dentro de la medicina privada española.