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Hugo Cardeña y Rocío Marín, fundadores de Kuné, Perros de Ayuda Social

Después de trabajar en Brasil con perros de asistencia, Hugo y Rocío volvieron a España con la idea poner en marcha su propio proyecto. Así nació Kuné, Perros de Ayuda Social, una entidad dedicada a mejorar la calidad de vida de personas con dificultades físicas o intelectuales.

 

Kuné significa “juntos” en esperanto. Y esa es la filosofía de su trabajo, trabajar unidos con las familias y los perros para conseguir un bienestar común. Los perros de ayuda social realizan un trabajo parecido al de los perros guía sólo que orientado a otro tipo de necesidades especiales. Actualmente tienen dos programas, uno para personas con movilidad reducida y otro para niños con trastornos del espectro autista. En ambos casos, buscan fomentar la autonomía personal y la integración social.

“Para tener un buen perro de asistencia es necesario tener un perro feliz"

Los perros que entrenan son siempre son labradores. Primero porque están socialmente aceptado (no hay más que recordar el anuncio de un conocido papel higiénico) y luego por el carácter, son muy sociables, con muchas ganas de agradar y muy juguetones. El entrenamiento trata de dirigir sus actitudes naturales al trabajo que van a desempeñar y siempre a través de refuerzo positivo (premios).

“Para tener un buen perro de asistencia es necesario tener un perro feliz. El perro no tiene que trabajar todo el día, tiene que salir, jugar, tener sus momentos de relax, de cariño, hay que buscar también el bienestar del perro”, explica Rocío (vecina de Boadilla de toda la vida).

Así es el entrenamiento

El proceso completo dura unos dos años. Con dos meses, el cachorro se va a vivir con una familia que le enseña el mundo y ayuda en su socialización; alrededor del año empiezan con el entrenamiento básico (responder a la llamada, comer a la orden, no tirar de la correa…) y van viendo qué temperamento tiene el perro (activo, tranquilo…) para decidir en qué programa van a trabajar mejor; por último, el entrenamiento específico que va dirigido a una familia determinada con sus circunstancias concretas. Luego solo queda la adaptación con la familia, que no tiene una duración determinada, ahí se trabaja por objetivos.

“De todos modos, nosotros estamos siempre en contacto con las familias. Las necesidades pueden ir cambiando, así que estamos ahí siempre para apoyar y reentrenar, si es necesario. Acompañamos durante toda la vida del perro”, explica Hugo. “Además, nuestro equipo incluye psicólogos y terapeutas.  Y los educadores caninos tenemos también formación en discapacidad”, continua.

Cómo contactarCuando una familia está interesada y contacta con ellos a través de su email (kuneperrosdeayudasocial@gmail.com), les envían documentos de información y un formulario para conocer el máximo sobre la familia y sus necesidades.  Luego se realiza una entrevista (ahora online por el covid-19) y se valoramos el caso y si el perro de asistencia es la solución que necesitan.

En cuanto al precio depende, pero gira entorno a los 18.000 euros. “Nosotros becamos la mitad del importe y para la otra mitad, si la familia lo necesita, les ayudamos a conseguirlo a través de crowfunding, eventos benéficos, etc.”, explica Rocío.

Hugo y Rocío son unos enamorados de su trabajo y se involucran al máximo en todo el proceso, desde lo más emocional hasta el detalle más material.

 

Más información

Kuné Perros de Ayuda Social

Web: www.kuneperrosdeayudasocial.org

Facebook: @kune.es

Instagram: kune.perrosdeayudasocial