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Adrián Carbajo Ariza: un palmarés de oro

Este joven vecino de Boadilla obtuvo el Premio Nacional de Bachillerato en el curso 2008/09. Estudia Derecho y Políticas en la Universidad Carlos III y es uno de esos chicos prodigios a los que le cunde cada minuto de la clase.

 

Tiene 20 años, pero atesora un currículo académico que quita el hipo. Hablamos de Adrián Carbajo Ariza (Madrid, 1991), vecino de la urbanización El Olivar de Mirabal, hijo de periodistas (su madre es una famosa cara de los informativos de TVE), actualmente estudiante de Derecho y Políticas en la Carlos III de Getafe y Premio Nacional de Bachillerato 2008/09 junto a otros 14 estudiantes de toda España.

 

Y ahí no acaba la cosa, porque Adrián, un tipo normal y corriente, de hablar sensato y maduro y maneras prudentes; atesora el Premio Extraordinario de Bachillerato (que le abrió las puertas al Nacional de Bachillerato) y una fabulosa media en Selectividad de 9,52. Nota clave para hacerse con una buena beca con la que iniciar la Universidad.

 

¿Te gusta estudiar? No, en realidad me gusta aprender, conocer cosas de todo tipo.


Entonces, ¿dedicas horas a empollar o eres uno de esos prodigios a los que cunde cada minuto de clase? Creo que lo último. Nunca he apurado hasta el último minuto, pero tampoco he dedicado mucho tiempo a estudiar fuera de clase. Cuando llegué al Bachillerato tuve claro que tenía que conseguir una buena nota, sobre todo en Selectividad. Una marca que me permitiese elegir la carrera que quería.

 

¿Letras o números? No, soy más de letras. Lo que más me gusta son las humanidades. Mi vocación es el arte. Siempre he querido estudiar Historia del Arte, y aunque aún no lo he hecho porque no veo trabajo en ello, algún día lo cursaré por el placer de ampliar mis conocimientos.

 

¿Quién te animó a presentarte a los premios que has conseguido? Tus padres quizá… En realidad fue la secretaría del colegio donde estudiaba (el Mirabal) por mi expediente académico. Me daba pereza, pero decidí que no tenía nada qué perder y probé.

 

Adrián, apasionado de la lectura, de la fotografía y el fútbol –que prefiere jugar a ver–, de la música –ha hecho hasta cuarto de Piano, instrumento que tocaba hasta hace poco interpretando clásica junto a dos antiguos compañeros de clase– y de los conciertos de grupos a los que sigue; acaba de pasar un mes en Etiopía, de donde ha regresado encantado. País que ha disfrutado como turista, aunque la experiencia le ha servido como prácticas para sus estudios.

 

– Soy un estudiante de Derecho y Políticas atípico –confiesa–, porque en realidad no me gusta ni el derecho ni la política. Cogí esta especialidad por la segunda vertiente, valorando que la primera completaría el contenido. Muchos compañeros cursan estos estudios con la vista puesta en la carrera diplomática o en opositar a organismos públicos o instituciones. Me gustaría trabajar en los últimos para intentar mejorar cosas que en mi opinión hay que cambiar, sobre todo a nivel internacional.

 

¿Han influido tus padres en tus preferencias académicas? Está claro que los viajes de mi madre (actualmente corresponsal en China), lo que contaba, las culturas que conocía... sí, sin duda. Pero también los consejos que he recibido para probar cosas que luego me han gustado.

 

¿Seducido por Boadilla? Me gusta su calidad de vida, el relax, el confort, pero no lo veo para gente joven. La conexión con Madrid es un lío –cada día invierte hora y media en llegar a la Universidad en transporte público–, el Metro Ligero tiene poco de ligero, falla la oferta cultural y veo a su juventud desvinculada.

 

Por cierto, a un estudiante como tú, ¿qué le parece la propuesta de Esperanza  Aguirre de un Bachillerato de Excelencia reservado a los mejores? La idea no es mala, porque hay gente buena poco atendida por la diversidad del grupo. Pero hay otras soluciones, como horas extra fuera de clase y cosas así. Tal y como está organizada la enseñanza ahora, los estudiantes muy buenos motivan a los que no lo son tanto.