Sociedad

Saneamientos Hermanos Blanco

El cerrojazo decretado por el estado de alarma vino en en el peor momento para este establecimiento especializado en fontanería, calefacción, piscina, riego, baños... Justo cuando empezaba su temporad alta.

 

“Ha sido un palo bastante duro tener que cerrar justo cuando empezaba la temporada fuerte. Los almacenes llenos con mercancía de proveedores a los que hay que pagar, sin poder vender...”, resume Cristina Fernández, responsable de este establecimiento de fontanería, calefacción, piscinas, baños... La reapertura también ha supuesto importantes costes de seguridad. Recuperar lo que no se ha hecho en dos meses y medio, parece misión imposible.

¿Cómo os ha afectado la declaración del estado de alarma? Fue un palo golpe bastante duro como para todo el comercio. Para nosotros comenzaba nuestra temporada más fuerte, hacemos la provisión de material en diciembre y nos la entregan en enero, para ir colocando y etiquetando durante el mes de febrero y marzo que es cuando comenzamos vender, nos encontramos con los almacenes de llenos de stock y sin poder vender, con lo todo lo que ello supone, muchos pagos a proveedores y un alto coste de almacenamiento.

¿Habéis podido mantener parcialmente vuestra actividad? Los primeros 20 días estuvimos haciendo venta telefónica y llevando producto a domicilio, pero luego tuvimos que cerrar definitivamente. El transporte era inviable, las limitaciones eran muchas y nos suponía más coste que beneficio.

El 4 de mayo retomamos la venta telefónica y mas adelante la venta con cita previa, que fue un poco lío por nuestro sector, pero nuestros clientes se adaptaron muy bien a la situación y aunque las circunstancias de trabajo son engorrosas, gracias a la comprensión y paciencia, resulto todo un poco más fácil.

Con la desescalada, ¿habéis podido recuperar vuestra actividad habitual? Bueno, como he dicho antes, poco a poco fuimos retomando. Igual que antes, no , igual. Es imposible. Pero poco a poco, con los límites que tenemos de aforo y las medidas que hay que tomar, hemos ido recuperando algo de normalidad. O por lo menos de la nueva normalidad.

De momento no hemos podido ni creemos que podamos recuperar el horario que teníamos. Estamos abriendo de 8 a 14 horas y de 15.30 a 19. Antes  cerrábamos a las 20 horas, pero ahora mismo lo vemos inviable. El nivel de trabajo es el mismo que antes o un poco más bajo, pero el desgaste físico y mental que supone ahora la forma de trabajar es mucho mayor.

¿Cómo os habéis adaptado a las nuevas medidas/restricciones? No esta siendo fácil. Hemos adaptado todo el local, mostradores, mesas de atención, con mamparas de cristal, geles en todos los sitios, en la entrada hemos adaptado un espacio con caja de guantes y gel y un tótem explicativo de las medidas a tomar. La adaptación del horario como he comentado, todo un poco.

¿Cuáles son vuestras perspectivas en lo que queda de año? Pues las expectativas por lo menos son de salvar el año como podamos. Sabemos que que va a ser un año con malos resultados, lo que no se hizo en esos dos meses y medio, no se va a recuperar. Pero por lo menos, vamos a ver si acabamos el año y tener esperanzas de que el año próximo será bueno, seguir trabajando y luchando por que así sea.