Reportaje

Sandra Miró: “A veces hay que salir de la zona de confort”

Sandra Miró (28), hija de la bestseller Megan Maxwell y vecina de Boadilla, continúa consolidando su carrera como escritora con la publicación de su quinta novela, 'Solo déjate llevar' (Esencia). Una historia llena de música, amor… y que apuesta por elegir lo que queremos aunque nos dé miedo.

 

Entrevistamos a Sandra Miró por primera vez en 2020 cuando publicaba su primera novela. Terminábamos esa charla preguntándole cómo se veía en cinco años, a lo que respondía que “con un poco de suerte, con dos novelas más escritas”. Pues ¡han sido cinco!

Acaba de lanzar la quinta el pasado mes de marzo, Solo déjate llevar (Esencia. Colección Matchstories), así que era el momento perfecto para volver a hablar con ella y descubrir cómo había cambiado su vida en este tiempo y qué significa para ella escribir.

¿Cómo te ves después de cinco novelas?

Me siento más segura, aunque no he conseguido ganar al síndrome del impostor, que sigue viviendo conmigo. Pero sí he vencido un poco el miedo a hablar de lo que me apetezca en mis novelas. Me he dado cuenta de que si un libro no le gusta a una persona, no significa que lo haya hecho mal, sino que depende de los gustos de otros. Y no pasa nada.

"He vencido un poco el miedo a hablar de lo que me apetezca en mis novelas"

¿Estás contenta escribiendo?

Sí, estoy haciendo algo que me gusta, que me entretiene y que lleva mi mente un poco más allá. No pensaba que fuera tan imaginativa, que pudiera crear tantos personajes…

En los exámenes de Lengua del colegio me decían que desarrollaba muy poco y ¡mira ahora! ¡Es una barbaridad! No me lo esperaba y me sigue sorprendiendo muchísimo.

¿Qué temas son esos sobre los que te apetece escribir?

Me gusta darle protagonismo al colectivo LGTBI porque creo que todavía no tiene suficiente representación en los libros o en el audiovisual. Además, con la situación actual a veces da la sensación de que se está retrocediendo un poco, así que sigue siendo necesario hablar de esta realidad. Si mis libros se convierten en un lugar seguro para alguien, tenga la edad que tenga, con eso me vale. No podemos vivir con miedo.

También me gusta tratar temas de feminismo, racismo, adopción de animales… Son situaciones muy cotidianas sobre las que tenemos que aprender mucho, yo la primera.

 

"Aunque se vendan como literatura juvenil, los puede leer cualquiera. La lectora más joven a la que le he firmado un libro tenía 11 años, y otra, unos 40"

¿Son libros solo para gente joven?

No, que va. Aunque se vendan como literatura juvenil, los puede leer cualquiera. La lectora más joven a la que le he firmado un libro tenía 11 años, y otra, unos 40.

¿De qué trata tu última novela?

Habla sobre un grupo de música que se llama Ubuntu que, después de muchos años de trabajo, ha montado su primera gira de conciertos por la Ruta 66, en Estados Unidos. A pocas semanas de empezar el tour se quedan sin cantante principal. Por otro lado está Becka, una chica a la que le gusta cantar y que trabaja en una cafetería. Todo cambia cuando un chico le propone ser la cantante de su grupo e irse de gira.

¿Cómo nace esta historia?

Me gustan mucho las películas musicales. Me puedo ver mil veces High School Musical, Mamma Mía, El Gran Showman, Burlesque… Y me encanta la música, ahora estoy a tope con el nuevo disco de Lady Gaga. Así que la historia de este libro nace de ahí, de mi amor por la música.

"Hay que apoyar a los demás, tratarlos bien, alegrarse cuando les vaya bien, porque eso al final viene de vuelta"

¿Qué mensaje transmiten los personajes?

Pues quizás la libertad de hacer lo que realmente quieren. A veces hay que salir de la zona de confort. Yo soy mucho de estar ahí, pero en ocasiones hay que fluir con la vida y apostar por otras cosas. Y sobre todo ser libres.

Además el nombre del grupo no está elegido por casualidad, tiene una intención. Ubuntu es una filosofía africano que plantea que cuanto mejor te vaya a ti, mejor me va a ir a mi. Hay que apoyar a los demás, tratarlos bien, alegrarse cuando les vaya bien, porque eso al final viene de vuelta.

 

¿Cómo es tu proceso de escritura?

¡Un poco caótico! Me voy dejando llevar por donde me guían los personajes. El peor momento es enfrentarse a la página en blanco, cuando tienes una idea pero hay que darle forma.

"El peor momento es enfrentarse a la página en blanco, cuando tienes una idea pero hay que darle forma"

Hay escritores de mapa y de brújula. Los de mapa tienen muy claro desde el principio cómo va a ser todo, y los de brújula son los que se van dejando llevar un poco por la historia. Con mi primer libro, fui más de mapa. Tenía la puerta de mi cuarto llena de notas adhesivas con ideas, pero ya con los demás, he fluido más.

Tengo claro cómo empieza y cómo termina la historia. Pero para el desarrollo me voy dejando llevar por lo que me piden los personajes, aunque suene raro [ríe].

¿Y qué ocurre si te bloqueas?

Si  veo que no puedo avanzar con la historia, tengo tres opciones: pasar a otro capítulo, cerrar el ordenador y darme un paseo, o ir al despacho de mi madre y contarle lo que me pasa para que ella me dé otro punto de vista.

Es muy normal quedarse bloqueado en una novela. A mi madre también le pasa, y entonces es ella la que viene y me cuenta el problema. En esos momentos nos ayudamos mucho. El enfoque de otra persona siempre aporta.

Al final nos dedicamos a lo mismo y tener a alguien con quien compartir momentos de duda, es importante. Entendemos lo que nos pasa y sabemos cómo echarnos una mano. Además es mi madre, ¡me va decir tanto lo que le gusta como lo que no!