Educación

Marina Alcaraz, boadillense becada por la Fundación Amancio Ortega

Marina tiene 15 años y actualmente estudia 4º de ESO en el Instituto Máximo Trueba. El próximo curso hará 1º de bachillerato en Estados Unidos becada por la fundación Amancio Ortega. Ella ha sido uno de los 500 estudiantes seleccionados entre más de los 8.000 que se presentaron a esta beca.

 

Es una niña alegre, con mucha energía y muy responsable. Na­ció en Boadilla y está encantada con la idea de irse un curso en­tero a estudiar a Estados Unidos. Una experiencia excepcional y que está dispuesta a vivir al máximo sin importar donde le manden. Lo hará como alum­na becada por la Fundación Amancio Ortega en un pro­grama cuyo objetivo es facilitar el aprendizaje del inglés y la in­mersión en la cultura extranjera a jóvenes de institutos y colegios españoles durante un año aca­démico en Estados Unidos o Canadá. Estudiantes que vivirán y estudiarán allí durante los diez meses que dura el curso.

¿Cómo te enteraste de la beca para estudiar en Estados Uni­dos? Unas amigas me hablaron sobre esta ayuda. Me pareció una oportunidad muy buena y me puse a investigar. Vi que te­nía las condiciones que hacían falta para poder presentarse y me dije a mi misma ‘al menos, lo voy a intentar’, aunque al prin­cipio me pareció imposible, ya que solo cogían a un grupo muy pequeño de toda España. Al fi­nal, salió bien y me eligieron.

De Boadilla, ¿sólo vas tú? Sí. Bueno, más gente de mi colegio se presentó, pero al final sólo me cogieron a mi.

¿Cómo ves el viaje? ¿estás con­tenta? Sí, mucho. Lo veo como un gran cambio, porque es al otro lado del mundo, yo sola y todo un año, lo que por otra parte también me da un poco de miedo. Pero lo veo como una oportunidad increíble. De España, muy poca gente tiene la oportunidad de irse un año fue­ra a estudiar. También es una ex­periencia de independencia que te abre la mente y que, a parte de conocer otras culturas y a gente nueva, y practicas otro idioma.

Has sacado una muy buena media en el colegio… ¿El se­creto para sacar buenas notas y tener tiempo libre? Sonará un poco típico, pero con trabajo diario. Todos los días reviso las asignaturas que hemos dado y me fijo en lo que es importante memorizar. A mi me ayuda es­tudiar en alto, sin esquemas ni nada, repitiendo todo una y otra vez, hasta que se me queda. Por lo que, si no lo llevas al día, es imposible.

¿Sabes ya qué te gustaría es­tudiar? Bueno, estoy todavía un poco perdida. Hace poco estuve mirándolo más a fondo y vi que hay muchísimas más cosas de las que yo pensaba. Me encanta todo lo que tiene que ver con el diseño digital, el modelado en 3D, diseño de páginas web… Me considero una persona muy creativa y ya intento hacer cosas de ese estilo en mi casa.

También me gusta todo lo que tenga que ver con cáma­ras, el cine, la animación… Me encanta ese mundillo. Estoy pensando que podría estudiar Ingeniería Informática, que es como más general, y después ya haré algún curso y me centraré más en lo que es el diseño.

¿Tienes otras aficiones? Bueno, en mi tiempo libre me encan­ta escuchar música. De hecho, es lo primero que hago cuan­to termino de hacer las tareas. También me encanta el cine, ver películas y series, vídeos en YouTube... Pero, sobre todo, soy una gran fan del dibujo. Tengo un cuaderno y, a la mínima que tengo un rato libre, me pongo a dibujar. También leer, aunque ahora no tengo tanto tiempo como cuando era pequeña. Y luego, cosas típicas como que­dar con mis amigas.

¿Tienes más hermanos? Sí, una hermana pequeña de once años.

¿Y qué le parece que te va­yas? Pues no le hace ninguna gracia. Le encanta jugar con­migo, así que lo está pasando ya un poco mal sabiendo que el próximo curso estaré fuera. Antes de saber si me habían elegido o no, ella siempre pe­día que no me eligieran (risas). La verdad es que yo también la voy a echar mucho de menos.

¿Y ya sabes algo de la familia que te acogerá? No, no tengo ni idea. Sólo sé que es de Esta­dos Unidos. Nos dijeron que entre abril y mayo lo sabría­mos. Son las familias las que eligen. Tuvimos que mandar­les una carta sobre nosotros y solo falta esperar que decidan. La verdad que antes me pre­ocupaba más el lugar. Ahora me da igual porque sé que, sea donde sea, voy a disfrutar muchísimo.