Política

Los apoderados del PP madrileño, increpados en Cataluña por radicales

Lo que no dejaría de ser una anécdota, se ha convertido en noticia: la reacción de los nacionalistas catalanes por la presencia de apoderados del PP de otras regiones, entre ellas Madrid. Así, el alcalde de Boadilla, Antonio González Terol, que estuvo el domingo en Manresa supervisando el proceso electoral, desató las iras de los nacionalistas por llevar a medio centenar de apoderados del PP de Boadilla a esa localidad.

 

En la celebración de las elecciones catalanas, el alcalde de Boadilla y más de medio centenar de afiliados y simpatizantes del Partido Popular del municipio desataron las iras de los nacionalistas en el municipio catalán de Manresa el pasado domingo.

 

Todo empezó cuando, a través de un medio de comunicación digital, de corte nacionalista, se difundió la presencia de los mismos en los colegios electorales de la localidad, donde estaban ejerciendo de apoderados del partido junto a otros afiliados y simpatizantes populares del municipio catalán.

 

La noticia no era ningún secreto. Desde el propio perfil del alcalde y del Partido Popular de Boadilla del Monte se habían publicado fotos y comentarios sobre el desarrollo de la jornada, que empezó en la estación de Atocha a las 6:00 de la mañana y acabó, finalmente, a las 4:00 con la llegada de los participantes madrileños a su localidad.

 

Se trata de una acción política normal. Así, todos los partidos mandan personas a aquellos feudos donde se tiene menor estructura para velar por el buen curso de las elecciones y poder comprobar que todos los ciudadanos pueden ejercer libremente el derecho al voto. Algo que tanto PSOE como el PP hacen en lugares como el País Vasco y Cataluña.

 

Reacción de los radicales


Tras publicar www.manresainfo.cat la presencia de los apoderados que fueron a ayudar a sus compañeros catalanes, empezó el calvario en la calle y en las redes sociales para el alcalde y los afiliados de la formación azul.

 

Varios testigos presenciaron como a González Terol, cuando iba de colegio electoral en colegio electoral coordinando y dando ánimos a sus afiliados, algunos radicales le insultaron llamándole “facha”, “hijo de puta” o deseando tener “un arma para pegarle un tiro”, generando situaciones de verdadera tensión y que podrían haber acabado en un lamentable suceso si no fuera porque ni el alcalde, ni los afiliados, entraron en las provocaciones de una minoría.

 

Para evitar males mayores, González Terol decidió retirarse a la sede local popular para seguir desde allí la jornada electoral y no perjudicar a los apoderados de Boadilla presentes en muchos de los centros electorales, quienes sufrieron provocaciones, insultos y desafíos por parte, repetimos, de una minoría.

 

Por la tarde, decidió seguir visitando a los apoderados discretamente para no tensar más los ánimos de los nacionalistas, que intentaron convocar una concentración espontánea porque se empezó a correr el bulo, para avivar los sentimientos de los radicales, de que los populares estaban intentando boicotear las elecciones, cuando tan sólo estaban ejerciendo como apoderados, figura que reconoce por completo el régimen electoral y que también desarrollaban otros miembros de otros partidos.

 

A pesar de ello, el también diputado en la Asamblea de Madrid y presidente del Comité de Afiliaciones del Partido Popular de Madrid, como la formación de la que es presidente, empezó a recibir constantes insultos en Twitter, donde se pudieron leer “mal paridos”, “invasores”, “colonizadores”, “observadores internacionales”, “chorizos”, “fachas golpistas”, “hijos de puta”, “hijos del franquismo” e, incluso, deseaban a los apoderados populares “un tiro en la nuca uno por uno y en una fosa”.

 

Preguntado por los sucesos, el alcalde de Boadilla y diputado en la Asamblea de Madrid, González Terol, afirmó “que es una pena que una minoría pretenda generar un ambiente tan asfixiante en una jornada electoral, que es la fiesta de la democracia. Sólo se puede entender la presión ejercida una vez vistos los resultados, donde es patente que el proyecto soberanista decae y suben formaciones políticas que quieren a Cataluña dentro de España”. Además, también declaró: “nos vamos contentos porque Manresa es un lugar maravilloso, a pesar de una minoría ciudadana que quiera desgastar la imagen de la ciudad, y el PP local ha logrado sumar casi 700 votos más que en 2010”.