Cultura

José Luis Martín Vidales: "Enfrentarse al público en una exposición siempre es difícil"

José Luis Martín Vidales es toda una figura en el panorama artístico de Boadilla. Dueño y profesor de la escuela de pintura Art3, lleva toda una vida dedicada a la enseñanza y a pintar cuadros con distintas técnicas. Este mes inaugura exposición en la capital.

 

Desde que a los 18 años comenzó la carrera de Bellas Artes, nunca ha dejado los pinceles de lado. Más de 22 años como profesor del taller de pintura en Villaviciosa de Odón, 11 aquí en Boadilla en la escuela Art3… además de exposiciones por todo el país. Ahora, a sus 51 años, tiene ganas de seguir haciendo cosas.

El 21 de noviembre, José Luis Martín de Vidales expone por primera vez en solitario en Madrid en A2 Garage, un espacio colaborativo creativo. Nos confiesa que está aterrado porque “enfrentarse al público, y más en la capital, siempre es difícil”. Pese a ello, se muestra entusiasmado y decidido. “Si no hago las cosas ahora, no las voy a hacer nunca”, afirma convencido el pintor.

¿Por qué te dedicaste a la pintura?No fue algo vocacional. Siempre había dibujado muy bien. Mi tío, que también pintaba, decía que era un diamante en bruto y me animó a seguir ese camino. También en COU tuve un profesor de arte buenísimo y poco a poco me fue picando el gusanillo. Pero no fue algo que tuve claro desde el principio. El problema de esta profesión es cuando sales de la universidad. No sabes muy bien por dónde tirar. Por eso yo me dediqué primero al mundo de las artes gráficas. Eso es lo que falla en la carrera, no te enseñan qué puedes hacer con la titulación, no sabes qué salidas tiene, ni cómo tratar con los galeristas… ¡Estás solo!

¿Por qué te decidiste a montar una escuela de pintura en Boadilla? Durante 22 años fui profesor titular del taller de pintura del Ayuntamiento de Villaviciosa de Odón. Cuando vi que aquello se iba a acabar, me decanté por montar la escuela donde vivía. Ha sido una época muy dura, ya que ha coincidido con la crisis, pero Boadilla es un municipio muy agradecido y nunca me han faltado alumnos.

Tampoco le han faltado compradores para sus obras. Apenas dispone de stock. “La última vez que expuse fue en Villaviciosa, jugaba en casa y eso se nota. De los 23 cuadros que llevé, vendí 19. Un exitazo. Ahora me enfrento a un público diferente y nunca se sabe cómo va a salir”, nos explica el autor.

¿Qué podremos ver en tu próxima exposición en Madrid? La exposición gira en torno a la pareidolia, un fenómeno psicológico que consistente en encontrar figuras y caras percibiendo formas familiares donde no las hay. Es un juego tan común entre niños y adultos como buscar figuras en las nubes. Tiene varias interpretaciones y, según esté colocado el cuadro, ves una figura u otra. Ahí es decisión del artista qué línea seguir y dar forma para que los demás vean lo que tú ves.

¿Planes a futuro? Yo hablaría más bien de sueños. Me encantaría poder pintar más y poder vivir de la pintura más que de las clases. Mi sueño es jubilarme en un sitio con mar donde tenga mi pequeña galería, dar pocas clases y pintar cuando me apetezca.

Eres vecino de Boadilla desde hace más de 15 años ¿Cómo has visto la evolución del municipio? Cuando llegue, esto era un pueblo de carritos de bebé. Ahora encuentras a esos bebés con 13 años en la puerta de las tiendas y en los parques. Ha evolucionado mucho. Aún faltan cosas por hacer, pero están en camino. Aquí se vive de maravilla. Si tuviera mar, no me iría nunca (risas).

Terminamos preguntándole por sus tareas pendientes: “La exposición en Boadilla”, afirma. Ha participado en el certamen de pintura rápida del municipio, colaborado en alguna muestra colectiva, pero nunca ha expuesto en solitario… Una espina que espera quitarse pronto.