Este año el acto ha estado centrado en el gueto de Varsovia y ha contado con el testimonio de una de las supervivientes del mismo, Irene Shashar. Otra superviviente, Eva Leitman-Bohrer, también ha narrado su experiencia y la de su familia, de origen húngaro, que fue salvada por el diplomático español Ángel Sanz Briz, conocido como el Ángel de Budapest.
En el homenaje han participado el alcalde de Boadilla, Javier Úbeda, y otros miembros de la Corporación, junto a representantes de la Comunidad Judía. También han acudido más de cien alumnos de varios centros educativos de la localidad.
Tras la proyección de un vídeo sobre el levantamiento del gueto y las intervenciones de representantes de la Comunidad Judía y del Centro Sefarad-Israel, se ha hecho el tradicional encendido de las seis velas, respectivamente:
- En memoria de los seis millones de judíos asesinados en guetos, persecuciones y campos de concentración.
- En memoria del millón y medio de niños judíos asesinados por los nazis.
- En honor y en memoria de los miembros de las diferentes minorías que padecieron la barbarie nazi: gitanos, personas con discapacidad, homosexuales, Testigos de Jehová, republicanos españoles y otros colectivos.
- En nombre de toda forma de resistencia y en honor a los Justos entre las Naciones, y aquellos a quienes a riesgo de sus vidas salvaron a miles de perseguidos.
- En honor a los supervivientes que rehicieron sus vidas en Israel y en la diáspora (dispersión de grupos étnicos o religiosos que han abandonado su lugar de procedencia y se encuentran repartidos por el mundo).
- En honor a la preservación de la memoriade las víctimas del Holocausto y de los Justos entre las Naciones. Por la responsabilidad de luchar contra el negacionismo, rechazar el odio, combatir la indiferencia y elevar los principios de la convivencia y de la vida misma.
El alcalde ha señalado en su intervención la importancia de recordar la barbarie que el régimen nazi cometió sobre el pueblo judío y otras minorías: “actos como este son imprescindibles porque sirven para no olvidar. Ni la barbarie cometida ni a las víctimas. Porque su memoria nos dignifica”.
Por último ha mencionado el compromiso que deben adquirir, especialmente las instituciones públicas, con la defensa de la vida, la paz, el respeto y la libertad, y luchar contra aquellos que los ponen en peligro con ideologías totalitarias y excluyentes.