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España, en busca de su identidad

El primer partido del mundial suele ser un importante indicador del estado de forma de un equipo, ya que desvela una serie de situaciones y de dinámicas de base de cada conjunto y, sobre todo, de cada grupo involucrado en la competición futbolística más importante de todas.

 

En el caso de España, uno de los equipos favoritos a la victoria final, el primer encuentro contra Portugal ha servido más para alejar dudas y malas sensaciones que otra cosa. Después del cese del técnico Julen Lopetegui tan solo dos días antes de este choque, muchas malas vibras habían invadido la concentración de la Roja y muchas dudas se habían amontonado como nubes antes de una tormenta. La decisión de apostar por Fernando Hierro, sin prácticamente experiencia en los banquillos a este nivel, era seguramente un riesgo, pero el malagueño dispone del carácter y de la soltura justa para dirigir a un grupo de jugadores ya muy curtidos.

El empate 3 a 3 contra Portugal, en el que Diego Costa ha marcado un doblete y ha por fin demostrado su capacidad de adaptación al juego de la Roja ha servido para hacer entender a todo el mundo que España sigue siendo una de las escuadras con más armas para ganar este mundial. Como bien dijo David Albelda en una reciente entrevista, la selección española es la mejor de todas en varios aspectos.

El ex centrocampista del Valencia y de la selección en la primera década de los años 2000 ha alabado el gran talento de David Silva, que jugó con él en el equipo Che, además de la contundencia defensiva de Sergio Ramos y Gerard Piqué. Seguramente Albelda hubiera sido feliz también de jugar con Diego Costa, un atacante moderno capaz de ganar metros en carrera con su fuerza y su rapidez, además de ser muy bueno de cara al gol, como reflejado en el partido contra Portugal, donde el delantero del Atlético Madrid metió un gol de potencia y otro de oficio, estando en el momento adecuado en el lugar adecuado.

Próximas citas

Con los partidos contra Irán y Marruecos en los próximos días, Hierro tendrá que seguir apostando por el juego de toque y por el control del partido a través del balón, además de continuar con las asociaciones entre centrocampistas y jugadores más ofensivos. España está todavía buscando una identidad total de juego, ya que el adiós de Lopetegui supuso un problema importante, pero el choque contra Portugal ha sido bastante elocuente y ha demostrado cómo los componentes de la Roja no han sufrido ningún golpe anímico por la pérdida del técnico que había construido este proyecto ganador en los últimos dos años.

La confirmación de las buenas intenciones de España podría llegar muy pronto, a la espera de un pase a octavos incuestionable y del primer rival de nivel en las eliminatorias sin apelación. En un mundial no hay espacio para las especulaciones, ni para los cálculos. Así que mejor jugar siempre para ganar. Y Hierro lo sabe.