Educación

José Manuel Cidad: “Al profesor hay que darle toda la ayuda y cuidarle”

La Editorial SM tiene desde 2003 su sede central en Boadilla del Monte, un discreto y sobrio edificio en Prado del Espino junto a la M-501. Esta empresa con 87 años de historia es uno de los principales actores del mercado de los libros de texto y literatura infantil y juvenil en España y Latinoamérica. José Manuel Cidad, 62 años y toda una vida dedicada a la docencia, rige el destino de la editorial desde 2021. Con él hablamos de los retos que afronta este sector y de educación.

 

¡Quién no recuerda los libros del Barco de Vapor o Gran Angular de SM! En la España de 1978 fueron las primeras colecciones específicas de literatura infantil y juvenil, respectivamente, y una referencia desde entonces generación tras generación y con las que muchos nos iniciamos en la lectura.

La Editorial SM, fundada en 1937 en Vitoria por un grupo de profesores marianistas, a cuya orden pertenece, nació con un propósito: imprimir los apuntes o el material para sus alumnos. “No creo que exista un caso igual”, reconoce su presidente ejecutivo, José Manuel Cidad.

Fundada en 1937 en Vitoria por un grupo de profesores marianistas, la Editorial SM nació con un propósito: imprimir los apuntes o el material para sus alumnos

Hoy en día el grupo SM es una referencia en libro educativo en España y Latinoamérica, la edición de libro infantil y juvenil, tecnología educativa y publicaciones religiosas (catequesis, revistas, libros). Y la Fundación SM, la pata social a la que van los beneficios de la empresa y que la fundación invierte en programas de fomento de la lectura, apoyo y cuidado del profesorado, investigación educativa...

Desde 2003, SM es vecino de Boadilla del Monte. Aquí estableció su sede central en el parque empresarial Prado del Espino. José Manuel Cidad fue nombrado en 2021 presidente ejecutivo de la editorial. Conoce muy bien la realidad educativa en España. Estudió Magisterio y ha sido docente prácticamente toda su vida. “Daba sobre todo clases de ciencias: matemáticas, química... en EGB, primaria y secundaria”, apunta.

Fue coordinador de los 18 colegios que los marianistas tienen en España (por sus aulas pasan cada día 25.000 niños), director de uno de ellos...

Imagino que esa experiencia docente ayuda ahora en la gestión de una editorial cuyo mayor volumen de negocio está en el libro de texto. Sí. Aporta cercanía a la escuela que es imprescindible para hacer bien nuestro trabajo.

¿Qué queda de los orígenes de esa iniciativa que empezó casi en plena Guerra Civil española para imprimir los apuntes de los profesores en lo que es hoy el grupo SM? Pues queda el propósito: educar en el bien común para un mundo mejor. Permanece también la conexión con la escuela. Somos propietarios de 18 colegios en España y uno en Brasil. Una conexión que nos desafía y nos enriquece a la vez.

También el compromiso con la educación, la búsqueda de la calidad, la generosidad, que hoy se expresa en la labor de la Fundación...

Hemos sido siempre pioneros... En el uso del color en los libros de texto, en toda la parte de ciencias (matemáticas, ciencias naturales...) con el uso de la ilustración, las imágenes, los esquemas, la apuesta por un buen diseño... También fuimos pioneros en la edición de literatura infantil y juvenil, que hoy mantenemos... Entendemos que la lectura es una de las claves del aprendizaje, del bienestar, del crecimiento personal... Todo lo que cuidemos y promovamos la lectura es una buena inversión.

¿Leen los jóvenes? ¡Sí! Los jóvenes están leyendo muchísimo. Ha crecido la venta de libro juvenil e incluso hemos creado un sello dirigido a los jóvenes que quieren despegarse de la escuela (más allá de los 17-18 años): TBR (To be read). Uno de nuestros últimos lanzamientos, Un corazón por Navidad, ha sido número uno.

Hablamos de otro libro: el de texto. ¿Cómo ha evolucionado estos últimos años? ¿Volvemos al libro en papel? Bueno... Se está evaluando la eficacia de las decisiones que se han tomado los últimos años (la tablet, el libro digital, los que funcionan sin libro...). Lo que no es fácil, después de haber convencido a las familias de que ese era el futuro, y sí me parece valiente: evaluar lo que aporta cada caso, lo que no aporta y corregir si es necesario.

Sería irresponsable prescindir de la tecnología en la educación, que creo que tiene sentido cuando me ayuda a hacer cosas que de otra manera no podría hacer. Porque puedo atender a la diversidad, porque puedo simplificar el trabajo del profesor, porque puedo llegar a mis alumnos de otra forma. ¡Utilízala para lo que te favorece! Para mí el secreto es algo mixto entre el libro físico y la tecnología.

"La tecnología en la educación tiene sentido cuando me ayuda a hacer cosas que de otra manera no podría hacer (...) Para mí el secreto es algo mixto entre el libro físico y la tecnología"

Por otra parte, me preocupa que no se valore lo que es un libro de texto. No es solo papel. El papel no es los más costoso. Lo costoso es el proyecto que hay detrás, es el contenido. Hay una investigación, un pensamiento, un planteamiento metodológico, unos contenidos digitales complementarios. No son unos apuntes. Es algo muy pensado, con un principio y un final, donde existe un compromiso.

Como editorial tenemos también un proyecto educativo, unos valores. Para mí la clave al final es el profesor, al que hemos de darle toda la ayuda y facilitar su trabajo. Y ahí las editoriales cumplimos un papel muy importante como intermediario que te facilita. Son un bien para el sistema educativo que no es solo la escuela. Ahí están también las familias, la administración pública, los medios de comunicación... Todos aportamos a este sistema.

¿Cuánto tardan en preparar un libro de texto? Aproximadamente un año, pero estamos acortando los plazos.

¿Qué retos tiene por delante el sector editorial en este sentido? El principal reto ahora es la personalización, algo en lo que nos va a ayudar la inteligencia artificial. Y la tecnología. Queremos dar respuesta a las necesidades de cada profesor, de cada alumno, de cada institución, en cada comunidad autónoma, en cada país... E incorporando la tecnología de forma equilibrada, útil, para poder hacer cosas que sin ella no podríamos hacer. Tenemos una plataforma digital que utilizan más de 1.000 colegios en España.

Desde su perspectiva, ¿cómo ve la educación en España? La educación en España está con algunos desafíos importantes. Entre ellos, la gran diversidad en las aulas, la orientación a una enseñanza más competencial, las necesidades socioemocionales de nuestros niños y adolescentes. A lo que se añade el descenso del número de alumnos.

Para dar respuesta a esto, debemos apoyarnos en los docentes y cuidarlos. Y por otra parte, por lo que toca a la administración, hay que intentar disminuir la burocracia, aumentar la confianza mutua...

¿Cómo abordan ese futuro desde SM? Adaptándonos al contexto.

¿Cuántos son aquí en Boadilla? Exactamente trabajan 343 profesionales entre los editores, ilustradores... Los directores de diseño e ilustración y resto de áreas. También tenemos la tecnología de gestión y educativa, que es propia. Hay más de 100 personas trabajando directamente en tecnología. Luego tenemos 50 personas en el almacén de Getafe y una red de 130 comerciales en toda España. En total, somos unos 550 empleados.

Terminamos. ¿Algo que le gustaría añadir? Sí. Agradecer el premio Creando futuro que nos concedió en 2023 la Asociación de Comercios y Empresas de Boadilla del Monte (ACBM). ¡Muchas gracias por este reconocimiento!

 

Un edificio de líneas limpias

El edificio de SM llama la atención tanto por fuera como por dentro, así que bien se merece una mención aquí. El arquitecto Alberto Campo Baeza (1946) firma este proyecto. Un encargo de una empresa que cuida también mucho el diseño.

En un libro, como en casi todo, la apariencia externa es un reflejo del interior. Y aquí, también. Una construcción de líneas limpias y práctica, como lo fueron esos primeros cuadernos de álgebra, gramática, caligrafía, ejercicios... que los profesores marianistas elaboraron para sus alumnos y que fueron el germen de SM.

Una sencillez exterior que se prolonga con un interior minimalista (lo estropea la señalética de emergencias) y muy luminoso. Un gigante de acero tumbado que ahí permanece en el tiempo.