Política

El PSOE propone dedicar una calle al último alcalde de la república

Pablo González Fernández era alcalde de Boadilla del Monte previo al golpe de estado de 1936 que terminó con la república. El alcalde murió ejecutado tres años después. Gracias a su intervención, por ejemplo, evitó que las monjas del convento sufrieran el calvario que otras religiosas parecieron.

 

Tras la estatua inaugurada hace unos meses en memoria del seminarista Miguel Talavera y los sacerdotes Melitón Morán y Benjamín Sanz, ejecutados en la Guerra Civil, el Grupo Municipal Socialista quieren que se tenga la misma deferencia con el representante de los vecinos. En concreto con el alcalde de Boadilla del Monte previo al golpe de estado: Pablo González Fernández. 

El asunto lo llevan al pleno de este mes, que se celebrará le próximo viernes, 18 de diciembre.

Pablo González  Fernández  murió ejecutado tres años más tarde. Tenía 29 años. Recuerdan los socialistas que terminada la guerra, "se produjo la conocida como venganza de los vencedores, sometiendo a juiciso sumarísimos a muchos españoles, tan solo por su ideas". Caso de regidor entonces en Boadilla del Monte. Sus restos fueron incinerados en el cementerio de Carabanchel.

A su favor, incluyen en la moción un episodio sucedido el 25 de julio de 1936. "Con la frase Soy el alcalde de este pueblo, y a las monjas ni se las toca, evitó que las Hermanas Carmelitas sufrieran el calvario que otras padecieron, sacándolas del convento vestidas con las ropas de su madre y hermanas".

El Grupo Municipal Socialista pide por tanto, como acto de perdón y reconciliación, "una calle, plaza o parque en memoria del último alcalde democrático previo al golpe de etado de 1936".

Desde el pasado mes de octubre, un monumento (en la imagen) rinde homenaje a los tres mártires de Boadilla asesinados en la Guerra Civil: el párroco Benjamín Sanz, el capellán Melitón Morán y el seminarista Miguel Talavera. Está junto  a la iglesia del Antiguo Convento (en la imagen).