Ernesto consiguió 100.000 seguidores en su canal de Youtube el pasado 20 de diciembre gracias a una estrategia mantenida en el tiempo de creación de vídeos con consejos útiles bien explicados para los aficionados a este instrumento musical. Y también a su conocimiento de cómo funcionan las redes sociales. “Si quieres sobrevivir en Youtube, tienes que tener la capacidad de adaptarte al continuo cambio de algoritmo. Lo que funciona hoy puede que no lo haga mañana”, cuenta.
Consciente de su tirón en las redes, donde es ya toda una referencia entre los aficionados al bajo, y de que “vivir de Youtube con más de 100.000 seguidores es aún bastante difícil”, montó hace dos años la academia online, un espacio en el que obtiene ingresos de los cursos de bajo que ofrece. “Si el tema de tu canal no es masivo, no vas a poder generar ingresos suficientes para poder vivir de él, tienes que tejer una estrategia de futuro”, aconseja.
La academia tiene ya más de 5.200 suscriptores. Ahí ofrece un curso gratuito bastante completo para aprender a tocar el bajo eléctrico. Al resto de su amplia oferta de clases especializadas –“para el que quiere o busca algo más”, subraya– se accede por suscripción con un pago mensual, trimestral o anual. Y de momento, no le va mal. “Casi podría vivir de esto”, reconoce.
Cuenta con suscriptores de pago repartidos por todo el mundo. Para ellos, “cada semana cuelgo una clase nueva”, explica. Sesiones que este profesional autodidacta graba y edita personalmente en su estudio. Son vídeos en los que cuida la iluminación, el sonido, la edición, incorpora infografías, enlaces... Todo para hacer más atractivo y fácil el aprendizaje de este instrumento.
El secreto está también en planificar muy bien cada grabación. “Yo hago los vídeos pensando en el futuro. Las llamadas a la acción en el vídeo no tienen que caducar. ¡Tengo vídeos que se han viralizado un año después!”
Además del amplio catálogo de clases, los alumnos tienen a su disposición partituras con ejercicios o un chat de atención de dudas, que él atiende personalmente.
Además de profesor de bajo eléctrico y guitarra, Ernesto es cofundador de la Escuela de música Pulso.
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