Este curioso deporte nació en el norte de Europa en el 2009, y desde entonces no ha dejado de crecer. Se juega en un campo de golf, pero con un balón de fútbol y con el pie en vez de con pelotas y palos, y las distancias son más cortas que en el golf. Otra diferencia es que los hoyos no suelen estar en el green (área que rodea al hoyo en golf) porque son zonas muy delicadas, así que se suelen colocar en áreas cercanas. Y, por seguridad, nunca coinciden una partida de golf y una de footgolf.
¿Cómo descubristeis este deporte?
(Lorena) Yo por 2017 estaba en Facebook navegando y me saltó un artículo relacionado con este deporte. Me puse en contacto con la Agrupación Madrileña de Footgolf para probar y desde ese momento empecé a practicarlo. De pequeña jugaba en la Escuela de Fútbol Madrid Oeste, fui la primera niña en el club, y me tuve que retirar del fútbol por una operación en las rodillas.
Este deporte me vino muy bien porque no hace falta correr y me podía quitar las ganas de golpear un balón. Al poco de empezar a jugar al footgolf, junto con una amiga creamos el Ladies Madrid footgolf, que fue el primer equipo europeo formado íntegramente por mujeres.
(Ricardo) En mi caso conocí este deporte en 2019 gracias a Lorena. Me invitó a un torneo de iniciación para probar y ¡me encantó! El problema es que hasta 2021 no pude empezar a competir más en serio porque los fines de semana entrenaba a un equipo de fútbol y después vino la pandemia. A partir de ese año ya me puse a competir a nivel autonómico y nacional. Incluso jugué un Máster en Portugal y otro en Francia.
¿Cuál fue el camino hasta el mundial?
(Lorena) Para clasificarme tuve que participar en el campeonato de España y conseguir los puntos necesarios en el ranking. Pero hay distintas vías para poderte clasificar, puede ser por el campeonato de España, por una modalidad a parte que es el Match Play, por el Máster de España…
(Ricardo) Yo me clasifiqué porque quedé en décimo lugar a nivel nacional, y se clasificaban los quince primeros de toda España. Gracias a esta posición en la tabla pude disputar también el Open de España que se celebró en diciembre y lo gané. La parte mala de participar en el mundial es que los costes son muy altos... Hemos calculado que tendremos que pagar unos 3.000 o 4.000 euros entre la inscripción, los vuelos y el hospedaje.
Ambos coinciden en que es un deporte muy mental, se pueden hacer muchas estrategias distintas y fomenta el trabajo en equipo. “A nivel de salud -comentan- estás haciendo una práctica deportiva que es poco agresiva, por lo que es muy difícil lesionarte. Es un deporte que puede practicar todo el mundo”. Y, además, ayuda a relajar la mente y desconectar porque se practica rodeado de naturaleza.