Mascotas

Conejos: cómo y dónde alojarlos

Cada vez es más frecuente tener conejos como mascotas en nuestras casas. Sin embargo, muchas veces observamos que las condiciones en que se tienen no son las mejores para ellos. Una de las primeras cosas que hay que hacer es conocer cómo deber ser el espacio que ocupe: su alojamiento.

 

El tipo de alojamiento que se aconseja es mucho mayor que la tradicional jaula de conejos que se comercializa. Deben disponer de una gran superficie, al menos 4m² para un solo conejo y aumentar la superficie 2m² por cada nueva incorporación a la familia: hay que pasar de una simple jaula a parques amplios.

Lo ideal es permitirles corretear por otras zonas de la casa para evitar que se estresen en la jaula

Sin embargo, esta superficie, aunque es mayor que la de la jaula, continúa siendo demasiado reducida. Lo ideal es permitirles corretear por otras zonas de la casa para evitar generar estrés y comportamientos anómalos, como roer determinadas zonas compulsivamente. En el caso de no tener más remedio que mantener al animal en una jaula, esta debe permitir que se mueva con facilidad e incluso pueda hacer un poco de ejercicio.

Podemos ubicarlos tanto en el exterior como en el interior, siempre y cuando se encuentren bien protegidos de la lluvia y viento. La mayoría no toleran las temperaturas extremas.

Es muy importante evitar las altas temperaturas, que pueden provocarles un shock. Los conejos solo regulan su temperatura mediante la vasodilatación y vasoconstricción de las venas auriculares y no pueden eliminar su calor corporal por jadeo o sudoración. Deben mantenerse en lugares con temperatura ambiental entre los 15º y 25 ºC.

Los conejos regulan su temperatura mediante la vasodilatación y vasoconstricción de las venas auriculares y no pueden eliminar su calor corporal por jadeo o sudoración

Influye también el tipo de raza de conejo. Los enanos son los más predispuestos a presentar golpes de calor porque sus orejas son muy pequeñas en proporción al cuerpo y por ello tienen una baja capacidad para perder calor y bajar su temperatura corporal.

Tampoco hay que olvidar que es necesario separar muy pronto a machos y hembras ya que la pubertad en los machos se alcanza entre los 6 y los 9 meses; y en las hembras, entre los 4 y los 8 meses. Las razas más pequeñas son más precoces.

La base, sin arena ni serrín

Otro aspecto a tener en cuenta es el lecho que les pondremos en el suelo donde se alojan. Lo mejor: con papel prensado y los pellets de madera. Permiten realizar una recogida selectiva y duran más tiempo. Se debe evitar la arena absorbente para gatos y la viruta de serrín, ya que estos animales escarban para localizar alimentos y producen una gran cantidad de polvo que inhalan.