La afición a la música de dos buenos amigos y compañeros de colegio, Lucas, que toca la batería, y Conrado, que se vuelca en la guitarra, puso de alguna forma en marcha Black and Beat hace cuatro años. Cosas de la vida, uno quería tocar el instrumento del otro, y viceversa. El padre de Conrado, José Luis, comenzó a dar clase a Lucas y de aquella semilla surgió una formación a la que, poco después, sumaron a Agustina cuando la vieron cantar en Santa Cecilia. Diego, que ahora exprime el bajo, les ofreció incorporarse, y dos años después Laura (voz) llegó para sustituir a Agustina, aunque al final el grupo, nacido al abrigo del Colegio Quercus, terminó ampliándose para dar cabida a todos ellos.
Tienen, o están a punto de cumplir, 14 años, y ya están en la ESO, de modo que no se ven a diario como antes; pero mantienen intactas sus ambiciones musicales y ensayan todas las semanas. “Hasta donde lleguemos”, dice Lucas con desparpajo. Black and Beat se llaman así “porque nos sonó bien”, explican. José Luis es su manager y, claro está, su impulsor artístico. Les propuso llamarse Los Regaliz, pero aquello no les sedujo. Ya han grabado un primer disco, una ópera prima a título particular, para amigos y familiares que, no obstante, los interesados pueden conseguir. Son cuatro canciones versionadas y una quinta propia, Hey baby, con música de Lucas y Conrado. “La idea es disfrutar y cada vez dar un pasito más para llegar hasta donde se pueda”, explica Agustina.
José Luis añade que “estamos preparando un videoclip que editaremos bien, con un sonido ya decente, y queremos montar algo en Youtube y Facebook. No hay formaciones como ésta, tan jóvenes y que toquen en directo, porque aquí no hay playback”.
Un poco de todo
“Tener un grupo así es una suerte. Encajamos bien, somos muy buenos amigos”, matiza Agustina, que por momentos oficia de portavoz. Junto al resto, incide en que “si se puede, nos gustaría seguir adelante”. Y eso que unos por otros tienen en mente lo que quisieran estudiar: desde arquitectura a ingeniería, pasando por biología o INEF.
Tampoco dudan al enumerar los grupos y ritmos que les motivan: ACDC, Rolling Stones, pop… ¡Hasta reggae! “Como en el deporte, la música da valores a los chicos, compañerismo y compromiso, responsabilidad…”, razona José Luis. “Quiero que este año compongan sus propias canciones; hasta ahora todo ha sido un aprendizaje”.
La primera vez que Black and Beat tocó en vivo fue en un garaje, pero a finales del año pasado, ya como quinteto, actuaron en el colegio que les vio nacer como formación, una experiencia que Laura califica de “muy positiva, a pesar de los nervios iniciales”.
“No podemos acabar la entrevista sin agradecer a José Luis todo lo que hace por nosotros. Sin él, el grupo no existiría”, agrega Agustina. Mientras, Laura añade, también refiriéndose a su mentor, que “se ocupa más de nosotros que nosotros mismos de cantar. Nos aguanta… tiene mucha paciencia”. Conrado, con media sonrisa, remata la jugada: “A veces tiene favoritismos con las chicas…”