El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid nos recuerda la necesidad llevar en el equipaje un pequeño botiquín adaptado a las necesidades de cada persona y al lugar de destino. De este modo, se podrá reaccionar a tiempo contra algunas de las molestias y problemas de salud más frecuentes que nos podemos encontrar al viajar y cambiar las rutinas diarias.
- Algodón, tiritas y apósitos, gasas, desinfectantes o antisépticos son imprescindibles como material general de cura y primeros auxilios contra heridas o cortes, y para aliviar, por ejemplo, el dolor de rozaduras y ampollas en los pies por el uso de calzado no habitual o por caminar más de lo normal.
- Los repelentes deben contener alguno de los siguientes principios activos: dietiltoluamida (DEET), icaridina o picaridina, citriodiol o IR3535. Son necesarios, especialmente en verano, para evitar picores e inflamaciones causados por las picaduras de mosquitos, así como para prevenir enfermedades graves que pueden transmitir otros vectores en expansión en la geografía española, como el mosquito tigre, que fue localizado en la Comunidad de Madrid en septiembre de 2018 y que puede ser transmisor de enfermedades infecciosas como el dengue, zika o chikungunya.
- No te olvides del protector solar. En vacaciones se pasa siempre más tiempo al aire libre en la playa, la montaña o haciendo turismo, por lo que los fotoprotectores no pueden faltar en el equipaje. Recuerda utilizarlos con frecuencia.
- Muy relacionadas con las picaduras o las quemaduras del sol están las irritaciones de la piel y alergias, que se pueden aliviar y combatir con medicamentos antihistamínicos y corticoides. Al tratarse de tratamientos farmacológicos que pueden requerir receta, deben estar prescritos por el médico y consultarse con el farmacéutico. En el caso de las personas que sufren alergias, conviene estar preparados para afrontar los síntomas de un ataque, como puede ser congestión nasal, rinitis o picor de ojos durante el viaje.
- También es recomendable llevar un termómetro y tener a mano antipiréticos y/o analgésicos para controlar estados febriles y paliar, por ejemplo, un resfriado o un dolor de cabeza o menstrual.
- Además, conviene incluir un antidiarreico y sales de rehidratación oral para reponer sales y minerales en el caso de sufrir un desorden gastrointestinal, tan común en las vacaciones, derivado de ingerir líquidos o alimentos en mal estado; también tener a mano un laxante en caso de sufrir estreñimiento.
- Y añade medicamentos contra el mareo, sobre todo cuando hay una predisposición a padecer este tipo de trastorno al viajar o cuando se navega y practican actividades en el mar.
No olvides que hay que revisar la caducidad y atender a la conservación y almacenaje de los medicamentos, además de ir siempre en su envase original junto con el prospecto.